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Problemas en el Cañón del Diablo

Hasta hace poco tiempo, el Cañón del Diablo, en las Colinas Negras de Dakota del Sur, tenía tan sólo interés para coyotes, águilas, ciervos, serpientes de cascabel y el raro excursionista que se las arreglaba para conquistar el traicionero terreno. Pero ahora el cañón está en el centro de una ruidosa disputa que enfrenta a Honeywell Inc. y a una inverosímil unión de indios y rancheros. El grupo es conocido por las siglas CIA, Alianza de Rancheros e Indios. Blancos e indios llevan luchando desde que un tratado de paz en 1868 concedió a éstos todos los derechos sobre las Colinas Negras, ricas en mineral. Pero en este momento se da una cooperación porque Honeywell ha comprado 6.200 acres en el Cañón del Diablo y ha anunciado que quería usar el terreno como campo de tiro para probar distintos tipos de munición, incluyendo una controvertida granada antitanque armada con una cabeza de uranio empobrecido. A pesar de que el uranio tiene un nivel de radiactividad extremadamente bajo, la CIA teme que las granadas puedan contaminar el ambiente. Y los indios, citando tallas prehistóricas esculpidas en las paredes de la garganta, afirman que las pruebas profanarían un lugar sagrado. Reginald Caballo Pájaro asegura que el cañón es "tan sagrado como el Vaticano". Mientras, directivos de Honeywell aseguran que no se realizará ninguna prueba a menos que se llegue a un acuerdo con los indios. 26 de septiembre

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