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LA CRISIS DEL GOLFO

Jamenei rechaza en la Asamblea General la "indecente" declaración de la ONU que pide un alto el fuego

Francisco G. Basterra

El presidente iraní, Alí Jamenei, hablando "en nombre de Dios clemente y misericordioso", anunció ayer desde la tribuna de la Asamblea General de la ONU que "Estados Unidos pagará un precio" por el ataque a un barco iraní en el golfo Pérsico y que "las consecuencias del incidente no se limitarán a la región". Jamenei advirtió al Consejo de Seguridad del "peligro inmediato" provocado por la acción, "que amenaza" dijo, "la paz en la región y en todo el mundo". Jamenei, el dirigente iraní más importante que visita EE UU desde la revolución que derrocó hace nueve años al sha, rechazó tajantemente la resolución 598 del Consejo de Seguridad, que pide el alto el fuego en su conflicto con Irán, y la calificó de "indecente".

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El presidente del régimen teocrático iraní desafió a EEE UU, país que elevó a la categoría de "archisatán", y llamó a una revolución de los pueblos del Tercer Mundo para sacudirse la dominación de las grandes potencias y el sistema internacional dominante.El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, afirmó, horas después de las amenazas proferidas por Jamenei: "Estados Unidos debe estar alerta y mantener la guardia alta". Shultz, que rechazó como "infundados" los ataques del presidente iraní contra Estados Unidos, pidió solemnemente a Irán que "reconsidere su compromiso con esta guerra [la del Golfo] que no puede ganar". El jefe de la diplomacia norteamericana anunció que el próximo paso será pedir al Consejo de Seguridad un embargo de armas contra el régimen de Teherán. Hemos intensificado las consultas para obtener esta segunda resolución (la primera, de alto el fuego, no fue aceptada ayer por Irán), dijo Shultz. Al parecer, la Unión Soviética y China mantienen reservas sobre su apoyo a un eventual embargo.

Retórica divina

Jamenei, que trasladó a la seria y normalmente aburrida Asamblea General el lenguaje y la retórica divina que los dirigentes iraníes emplean en sus discursos ante las masas en Teherán, no defraudó la expectación existente. Desde que el líder cubano, Fidel Castro, acudió a este foro a principios de los años sesenta no había habido una intervención tan memorable. La fuerza religiosa y el fanatismo de la revolución islámica trasladados por Jamenei a la meca del materialismo y el hedonismo occidentales, contrastó vivamente con el mensaje del presidente norteamericano, Ronald Reagan, 24 horas antes, en el que vendió la biblia de la liberación de la humanidad a través del libre mercado.Jamenei hizo caso omiso del ultimátum lanzado el lunes por Reagan, ante la Asamblea General, amenazando con un embargo de armas a Irán si este país no aceptaba de modo inmediato, "clara e inequívocamente" el alto el fuego. Horas después, la maquinaria militar estadounidense, concentrada en el Golfo con 28 barcos de guerra, dio un serio aviso a Irán, con la destrucción de una lancha anfibia de la Marina de Jomeini a 50 millas al este de Bahrain. Jamenei dijo que cuatro iraníes habían sido "asesinados" en el ataque.

Ni el secretario norteamericano de Estado, George Shultz, ni el embajador ante la ONU, Vernon Walters, estaban presentes en la sala cuando habló Jamenei, como tampoco estuvieron los iraníes el lunes cuando intervino Reagan. Los representantes de EE UU ante la ONU, por su parte, abandonaron la sala durante la alocución de Jamenei.

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"La televisión de EEUU afirma que el barco estaba colocando minas pero, como es habitual, volvieron a mentir a los norteamericanos", explicó el dirigente iraní. Pero el hoyatoleslam Sayed Alí Jamenei no había venido a Nueva York a ocuparse de minucias. Durante hora y media, utilizó el púlpito de la ONU para explicar las raíces religiosas de la revolución islámica y prometer que "la tormenta revolucionaria iraní brillará en otras partes del mundo. Esperemos y veamos". A los estupefactos delegados, sobre todo los occidentales, les dijo que el despertar de los musulmanes en países islámicos no ha hecho más que empezar.

"He venido desde una tierra donde ha nacido la revolución menos comprendida de la historia contemporánea, basada en la religión divina", que demostró que "las potencias con mentalidad imperial pueden ser ignoradas y sus tácticas de acoso y chantaje resistidas". El presidente iraní aseguró que la revolución islámica está viva, "a pesar de la oposición de las grandes potencias, y sobrevivirá".

Jamenei afirmó que la única salida a la sangrienta guerra que su país libra desde hace más de siete años con Irak es "el castigo del agresor", incluso sugirió repetir un tribunal de Nuremberg, "por parte del mundo y de las Naciones Unidas". Acusó al Consejo de Seguridad de parcialidad hacia el régimen de Bagdad, empujado a esta posición "indecente y condenable" (la resolución 598) " por la voluntad de algunos grandes poderes, sobre todo Estados Unidos".

Jamenei denunció "ante el mundo y, especialmente, ante el gran pueblo de EEUU, que la amenazante presencia militar de Estados Unidos en el golfo Pérsico es otra clara manifestación de la hostilidad del régimen norteamericano hacia el pueblo iraní.

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