Cuestión de método
De los tres métodos de anticoncepción femenina -histerectomía (extirpación del útero), salpinguectomía (extirpación de las trompas) y ligadura de trompas (esterilización tubárica, oclusión tubárica)-, únicamente la última técnica, con ayuda de microcirugía, es reversible.
En opinión del doctor R. Miralles, ginecólogo del hospital, el problema más importante surge a la hora de elegir el tipo de esterilización, sin indicación médica previa, es decir, basándose en el criterio de la paciente que acude a la consulta.
"Hay que ser muy precisos para valorar la situación anímica, afectiva y socioeconómica de estas mujeres que se presentan voluntariamente", explica el doctor Miralles. En el caso de que el especialista intuyera algún posible factor de arrepentimiento debe aconsejarse, a su juicio, oclusión tubárica por métodos reversibles. En cuanto a los problemas psicológicos relacionados con las diversas técnicas de esterilización, que es otro aspecto del trabajo de revisión llevado a cabo por el equipo de Bellvitge, hay que señalar que la histerectomía presentaba depresiones, agitación, insomnio, disminución de la función sexual.
Abstinencia
La salpinguectomía daba lugar a retrasos importantes en la actividad sexual: un 70% de las encuestadas retardaba sus relaciones sexuales entre el mes y medio y los cuatro y medio. Un 29% de las mismas manifestó sufrir abstinencia; un 45%, disminución de la frecuencia del coito, y un 8% desarrolló rigidez.Por el contrario, la ligadura de trompas presentaba el balance menos problemático según las encuestadas. En general, no se observaron manifestaciones psicológicas adversas de importancia; las reacciones fueron, en la mayoría de casos, positivas, y las ligeras depresiones fueron superadas con el seguimiento médico.
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