Las farmacias contarán con impresos especiales de denuncia

La reducción de existencias mínimas obligatorias de estupefacientes a envases unitarios, impresos especiales de denuncia ante comisaría con el fin de agilizar los trámites y una línea de crédito preferencial para financiar instalaciones y reformas de seguridad hasta un total de dos millones de pesetas son algunas de las medidas del nuevo plan de seguridad para farmacias presentado ayer por el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, Pedro Gómez de Agüero.El plan ha sido elaborado en la comisión mixta formada por la Delegación del Gobierno, el Colegio Oficial de Farmacéuticos y la empresa privada de seguridad Servisegur.

El plan también prevé la elaboración por el colegio de un mapa de conflictividad que indique los niveles de robos y atracos en las zonas de Madrid y la clasificación de estas zonas en alto riesgo, medio riesgo y bajo riesgo. En la actualidad, los distritos en los que más atracos se registran son Chamartín, Carabanchel, Chamberí y Ventas.

Igualmente se estudiará la reducción de las farmacias en servicio de urgencia (en la actualidad existen 30 en Madrid), además de controlar los talonarios de la Seguridad Social ante los numerosos robos que se producen de los mismos. El Colegio de Farmacéuticos y la Brigada Central de Estupefacientes están trabajando para reducir estas anomalías, ya que los talonarios robados se suelen destinar a la adquisición de sustancias psicotrópicas para su posterior consumo.

Junto con estas medidas se realizará una campaña de divulgación con la colocación en las oficinas de farmacia del cartel "Farmacia protegida. La seguridad en su farmacia".

El plan de seguridad no será obligatorio, y el coste de.las medidas de seguridad para una oficina tipo alcanzará las 165.000 pesetas.

Se anunció también la introducción del llamado teléfono de seguridad y de cooperación de servicios, para informar sobre las farmacias nocturnas de guardia, y se recogerán los mensajes para llevar medicamentos a personas imposibilitadas o ancianos que no puedan ir a comprarlos personalmente.