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El ministro de Exteriores rechaza que hubiera presiones del clero en el cese de Puente Ojea

El ministro de Asuntos Exteriores rechazó tajantemente ayer en el Congreso de los Diputados que hubieran existido presiones por parte de la jerarquía católica española, o del Vaticano, para la sustitución del embajador ante la Santa Sede Gonzalo Puente Ojea. "Desde hace meses teníamos la percepción de que la comunicación de la embajada con el Vaticano no funcionaba" y que Puente Ojea "no era ya la persona más idónea para desempeñar el puesto", añadió Fernández Ordóñez, en su respuesta a Enrique Curiel, de Izquierda Unida, y a Juan María Bandrés, de Euskadiko Ezkerra.

"Nunca, nunca, la Conferencia Episcopal, ni nadie de la Iglesia ha hecho la menor presión de ningún tipo para el cese del embajador, como tampoco me la han hecho ni el presidente del Gobierno, ni el vicepresidente, ni ningún ministro", recalcó Fernandez Ordóñez, quien asumió personalmente la responsabilidad del cese del embajador, y descalificó las "graves imputaciones" que el diputado comunista Enrique Curiel hizo contra la Iglesia católica, relacionando sus presiones sobre el Gobierno con el cese de Puente Ojea."Tengo el deber moral de decir que no es cierto lo que se ha dicho de las presiones de la Iglesia. Es mentira y pido que se prueben tales imputaciones", añadió el ministro.

Fernández Ordóñez dijo que en un momento se pensó relevar al embajador Puente Ojea, dentro de un reajuste técnico del ministerio, "porque se tenía la impresión de que su trabajo en el Vaticano no funcionaba, adecuadamente", pero que después de la polémica suscitada por el cese y las fuertes críticas hechas por Puente Ojea, éste ya no sirve "ni para el Vaticano ni para ninguna otra embajada".

El ministro respondió conjuntamente a las preguntas de los dos diputados, y rechazó también la existencia de "razones políticas" en el cese del embajador, formuladas por Curiel. Fernández Ordóñez dijo que el puesto de embajador es "un cargo de libre disposición, un cargo político, naturalmente", pero que no tiene carácter de perpetuidad. El cese de Puente Ojea, como funcionario público de libre designación, según el ministro, debe ser considerado "igual que el de cientos que se producen al año".

Fernández Ordóñez, que en ningún momento hizo referencias a la vida privada de Puente Ojea, portaba una voluminosa carpeta con las entrevistas y declaraciones hechas por el embajador desde mediados de agosto, cuando se le comunicó que iba a ser cesado.

"Desde hace tiempo teníamos la percepción que la comunicación de la embajada con el Vaticano no funcionaba", y que Puente Ojea "no era ya la persona más idonea para desempañar el puesto ante la Santa Sede, al mismo tiempo que había otra persona más idonea, el señor Ezquerra", dijo el ministro. Y añadió: "La calidad del trabajo iba deteriorandose. La eficacia del trabajo puede variar con el tiempo". Curiel insistió en conocer "las razones políticas" del cese de Puente Ojea, y rechazó cualquier tipo de sugerencia o acusación de ineficacia profesional hacia el embajador. El diputado no aceptó las explicaciones del ministro y dijo que Ias presiones no se hacen por escrito", en referencia al desmentido de Fernández Ordóñez y su desmentido de que la Conferencia Episcopal hubiera intervenido en el polémico cese del embajador ante el Vaticano.

El diputado Curiel, en una larga exposición previa a su pregunta, calificó de episodio "lamentable" el cese de Puente Ojea por las implicaciones profesionales y personales. para un embajador. Y añadió que el "tenebrismo informativo" del Gobierno en este tema "ha salido mal, porqué el afectado ha hablado, ha salido al paso" de las razones aducidas para su cese. Curiel defendió abiertamente el comportamiento profesional de Puente Ojea.

Juan María Bandrés hizo suyas "las consideraciones muy atinadas" de Curiel y felicitó "al Ministerio de Exteriores" por haber nombrado hace dos años embajador en el Vaticano a Puente Ojea, un hombre que se declarababa agnóstico, "un intelectual de izquierdas", con profundas convicciones marxistas y buen conocedor del cristianismo.

Curiel anunció que va a sol citar la comparecencia del embajador Puente Ojea en el Parlamento para que explique las razones de su cese, amparándose en el artículo 44.3 del reglamento del Congreso.

"Débil argumentación"

Gonzalo Puente Ojea, en declaraciones a este periódico, dijo desde Roma que, a aunque no conoce literalmente el desarallo del debate parlamentario, "puedo comprobar que la débil argumentación del ministro reproduce las vaguedades y frases tópicas que ya dijo sobre el terna". "Ninguna de sus alegaciones", añadió, "altera en lo más rnínimo la relación de los hechos, que tuve oportunidad de escribir en EL PAÍS. Me complacería muchísimo tener la oportunidad de explicar en el Congreso la relación exacta, tanto en la forma como en el fondo, de este asombroso asunto", concluyó.

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