Novillos sin cara ni fuerza
No sé si es cosa de otros tiempos pedir que el toro tenga hechuras y hechos de toro, o de novillo en este caso, pero resulta que lo "agradable" (que se dice), es lo que se impone y no sólo entre los toreros, sino que el personal también traga con carros y carretas y ve como algo normal la carita arriable de los astados (poco astados), y lamenta, pero no clama al cielo, la estrema debilidad de esilas pobres criaturas.La novillada, sin cara, sin fuerza, a puyazo por novillo, doblando las manos y alguno derrumbándose sin disimulo, ha quitado el triunfo a unos toreros que indudablemente lo deseaban. ¿Ven cómo ni siquiera a los tweros "ayuda" el medio toro, o el medio novillo, en una palabra, la birria? ¡Qué hacer ante un animalejo que saca la lengua, mira implorante y se derrenga vivo! Pues ponerle inyecciones de vitam nas. Claro, como no es cosa de ir a la plaza con jeringuillas, que bien jeringado está el asunto ya, pues pasa lo que pasa. Es decir, nada.
Bernardos / Ramos, Litri, Camino, Aparicio
Siete novillos de José Matías Bernardos y segundo de Martínez Elizondo. José Luis Ramos: ovación y vuelta. Litri: ovación y petición y vuelta. Rafi Camino: ovación y silencio. Julio Aparicio: silencio y vuelta. Plaza de Salamanca, 12 de septiembre. Primera corrida de feria.
Un novillo hubo, el quinto, segundo de Ramos, que aunque débil, tuvo genio, sacó temperamento y, haciendo de tripas corazón hasta repitió en la embestida (¡milagro!), permitiendo que el torero vibrase y con él, la gente, que hasta ese momento había aplaudido tibiamente, porque la cosa no podía dar para más. Ramos, en ese quinto novillo hubiera podido cortar oreja, pero se lió a pinchar y lo estropeó todo.
Litri, que mató en primer lugar el de Martínez Elizondo, sustituto de un gran inválido de la divisa titular, estuvo valiente, ante un novillo paradísimo y anduvo con soltura. A su segundo lo atravesó con la espada y hubo petición. Camino sacó el culillo mucho en su primero, nervioso y eléctrico, sin centrarse. No acabó de acoplarse el heredero del sabio de Camas. Aparicio hizo cositas, pero, como suele ser normal, aliviándose mucho, mostrándose prudente.
Hay muchas cosas en la fiesta ahora mismo que suenan a chino y que hacen pensar que uno habla de otra cosa. Por ejemplo, lo mal que se pica. Ayer en Salamanca, ni se repintaron las rayas a mitad de la corrida. ¿Para qué? Para como se pica, qué más da. ¿Habrá algún sistema de que nos convenzamos de que sin toro no hay fiesta? ¿Será necesario repetir que nadie pide tigres de Bengala, sino sencillamente casta, poder y trapío? Pues es posible que haya que repetirlo hasta la saciedad. Destacó con los palos Vicente Yesteras.
Babelia
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