La escalera mecánica del inmueble, principal obstáculo en las tareas de rescate
Los trabajos de los equipos de rescate se centraron ayer en liberar de escombros la escalera mecánica de los almacenes, bajo la cual fueron encontrados los tres cadáveres recuperados entre la medianoche de ayer y la madrugada de hoy.
Un bombero comentó a este periódico que los trabajos deben realizarse con mucho cuidado, ya que existe el peligro de que ceda el edificio anexo de los almacenes -el número 31 de la calle Montera, en cuya segunda planta, según los propietarios del establecimiento, empezó el fuego-Una dificultad añadida es la e existencia de brasas entre los escombros. "Además, se respira muy mal en el interior, y toda la zona está llena de agua y vigas, lo que nos obliga a ir muy despacio", dijo un miembro de Protección Civil.
Ya en la madrugada de ayer si, había encontrado un equipo autónomo de bombero formado por una mascarilla y una punta de manguera, hallazgo que alimentó más las esperanzas de un pronto rescate. En ese mismo turno, el bombero Pedro Villena resultó herido de un golpe en la cabeza cuando trataba de esquivar la caída de unos cascotes. Un periodista se lesionó en un brazo a caer de un pequeño muro en el que tomaba fotografías de las labores de rescate.
Durante toda la mañana se procedió a la extracción de grandes vigas retorcidas y a la soldadura de los elementos claves del inmueble para asegurar la estabillad. Terminados estos apuntalamentos, hacia las cinco de la tarde, el concejal Emilio García Forcajo, a la vez que aseguraba una mayor celeridad en las obras, declaraba que las posibilidades de rescatarlos con vida eran ya prácticamente nulas. Una hora más tarde se interrumpían los trabajos para que las grúas retiraran las numerosas vigas que impedían continuar la labor de rescate. A esa hora se calculaba que quedaban 300 toneladas por remover, lo que supone un mínimo de quince horas y un máximo de 35 horas. Ya el sábado algunos bomberos calcularon en tres o cuatro días la duración del desescombro.
Mientras tanto, las familias de los sepultados permanecían en las dependencias municipales de la Casa de la Panadería, atendidos por un equipo de 14 personas compuesto por psicólogos, médicos, ATS, psiquiatras y asistentes sociales. Sus visitas a la calle de la Montera resultaron cada vez más espaciadas y llenas de tensión. Algunos expresaron que su única esperanza era ya encontrar el cuerpo de su familiar.
Casi medio centenar de personas componen el equipo de urgencia localizado en el lugar del siniestro. Alrededor de 200 bomberos trabajaban al mismo tiempo en la operación en turnos de seis horas, y por la tarde salía cada 20 minutos un camión cargado con escombros.
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