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Los bomberos sepultados entraron en el edificio después de que se hubieran producido varios derrumbamientos

Juan Barranco, alcalde de Madrid, afirmó que hubo un derrumbe previo, en el que dos bomberos resultaron heridos, antes de que se produjera el desplome de las seis plantas sobre los 10 bomberos que quedaron atrapados en el sótano de Almacenes Arias. Al cierre de esta edición continuaban con lentitud los trabajos de rescate de los ocho atrapados. El peligro de nuevos derrumbamientos se hizo patente hacia las nueve de la noche cuando un bombero resultó herido al caer una parte de la estructura del torreón de ascensores cerca de donde se hallaba el alcalde. Por otra parte, los restos mortales de los dos rescatados, Miguel Ángel Azuara y Armando Juárez, fueron enterrados ayer en el cementerio madrileño de Carabanchel y en el de Cangas de Onís (Asturias).

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El edificio se desplomó cuando lo revisaba un experto

La aparición, entre las 23.40 y las 23.55 del sábado, de los cuerpos sin vida de dos de las víctimas hizo suponer que en las horas siguientes se podría rescatar algunos cuerpos más. Durante toda la noche, los bomberos y efectivos de la Cruz Roja y de Protección Civil trabajaron sin descanso alguno y con una abnegación que se ganó la admiración de todos los que seguían los trabajos de rescate, pero ningún otro cuerpo apareció.Los familiares de los ocho bomberos sepultados permanecieron toda la noche y todo el día del domingo en la zona. El hallazgo de una bota y de un casco y el hecho de que los perros de Protección Civil husmearan con insistencia en algún punto de los escombros avivaba las esperanzas de nuevos hallazgos, aunque muy pocos hablaran todavía de la posibilidad de que estuvieran vivos.

Durante toda la jornada, los comentarios de los doloridos familiares se centraban en los motivos que impulsaron al grupo de bomberos a adentrarse en el edificio y si había habido alguna orden en ese sentido o no. Algunos anunciaron que pedirán explicaciones al no entender por qué estaban los bomberos en el interior de un edificio en peligro. "Estaría justificado en caso de tener que rescatar víctimas pero aquí no ocurría esta circunstancia", dijo el hermano de Manuel Molina, uno de los atrapados

Los portavoces de AP y CDS manifestaron su deseo de reunirse con representantes del equipo de gobierno para estudiar los pasos seguidos durante la actuación de los bomberos y otros aspectos como la situación legal de los edificios, aunque ambos manifestaron que lo primero era rescatar a los ocho sepultados.

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Explicaciones

El alcalde rechazó de plano cualquier rumor sobre el hecho de que alguien hubiera ordenado la entrada al edificio a los bomberos que fueron sepultados: "No se trata de que el edificio estuviera vacío y de pronto se les ocurriera entrar. Los bomberos de Madrid tienen a gala asegurarse de que los incendios están absolutamente apagados, y la mejor forma de hacerlo es trabajar tanto desde fuera como desde dentro del edificio. El edificio nunca estuvo vacío. Siempre hubo bomberos dentro. En un momento dado, el derrumbamiento les alcanzó".

Precisamente uno de los que se encontraban dentro del edificio anexo cuando se produjo el derrumbamiento salió ayer de la Unidad de Vigilancia Intensiva del Centro de Quemados de la Cruz Roja. El bombero Pedro Cuerdo fue rescatado después de que una viga en llamas le alcanzara produciéndole quemaduras de primer y segundo grado en el 10% del cuerpo.

Los trabajos de rescate permanecieron interrumpidos ayer durante unas cuatro horas durante las cuales se instaló una grúa capaz de soportar 150 toneladas de peso. La presencia de esta grúa fue requerida al considerarse que una de las principales vigas del edificio, semicaída cuando el derrumbamiento de las plantas, amenazaba la vida de los bomberos que desescombran.

Una vez sujeta esta viga se procedió al corte de otras menores para su retirada. Los trabajos se hacían con lentitud ante el mal estado de la estructura. Sobre las nueve de la noche el derrumbamiento de una parte del torreón de los ascensores causó la alarma. El alcalde, Juan Barranco, que se encontraba en el interior del inmueble , tuvo que salir corriendo al caer cerca de él parte de esta estructura que produjo heridas leves a dos bomberos. Uno de ellos, herido en un pie, fue trasladado a un hospital.

Según pudieron comprobar los periodistas que, hacia las dos de la tarde y por breves momentos, entraron en el interior de lo que queda de Almacenes Arias los bomberos trabajan a cielo abierto. Toda la pared izquierda y la pared derecha del edificio utilizado como almacén se habían derrumbado por completo. De las plantas desplomadas colgaban gruesas vigas de hierro. Varias, de al menos 70 centímetros de grosor, estaban atravesadas, completamente retorcidas como si fueran de plástico.

Los bomberos sacaban sin cesar capazos de escombros que iban arrojando a la cinta transportadora comunicada con camiones en el exterior.

Entierros

Por otra parte, los restos mortales de las dos víctimas fueron velados en la mañana de ayer en el patio de Cristales del Ayuntamiento de Madrid. Juan Barranco impuso sobre ambos féretros la Medalla de Oro de Madrid, entre las lágrimas de los familiares y la emoción muy difícilmente contenida de muchos de los presentes. Los féretros fueron luego trasladados al cementerio de Carabanchel, el de Miguel Ángel Azuara, y a la localidad asturiana de Cangas de Onís, el de Armando Juárez, para ser inhumados.

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