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Hacienda toma medidas para que el Tesoro mantenga el monopolio del 'dinero negro'

El Ministerio de Economía y Hacienda ha tomado algunas medidas recientemente para tratar de evitar que el dinero negro, que hasta ahora se había situado en una gran proporción en pagarés del Tesoro, salga fuera de este circuito privilegiado, que representaba una fuente barata de financiación del déficit. La solución ha consistido en eliminar la competencia - mediante una brusca subida de los tipos de interés de referencia hasta el 15%- que otros títulos emitidos por sociedades privadas empezaban a hacer a los pagarés. Algunos bancos, sin embargo, se adelantaron y realizaron fuertes emisiones con anterioridad.

El dinero negro, que no paga impuestos, ha tenido teóricamente dos alternativas "legales" de colocación en los últimos años. La primera de ellas, y más utilizada, fue la adquisición de pagarés del Tesoro, que al ser títulos al portador y sin retención fiscal en origen permitían la opacidad fiscal de sus dueños, salvo que la inspección de Hacienda rastreara a los contribuyentes en busca de rentas no declaradas. La otra alternativa la han constituido los activos financieros con retención en origen (los llamados afros en el lenguaje financiero) del 45% emitidos por entidades financieras y otras sociedades anónimas, que al estar sujetos a la máxima retención fiscal evitaban problemas, al tiempo que las empresas que los ponían en circulación sólo tenían que comunicar a Hacienda el volumen de estos activos sin proporcionar datos sobre sus poseedores.Los pagarés del Tesoro fueron la gran atracción mientras mantuvieron unos tipos de interés elevados o, cuando menos, relativamente cercanos a los de los mercados financieros. Pero desde hace aproximadamente un año el tipo de interés se estableció en el 8%, mientras que el resto de los precios del dinero iniciaban una fuerte subida, al tiempo que se producía el auge inmobiliario y el despegue de las bolsas. El dinero invertido por empresas y particulares en pagarés del Tesoro dejó de tener una rentabilidad acorde con las condiciones del mercado, y a medida que han ido venciendo estos títulos, especialmente a partir del verano, los inversores han retirado su dinero y lo han colocado en otras alternativas posibles, aun a riesgo de su posible identificación a efectos fiscales.

De hecho, la aparición de las letras del Tesoro, activos financieros que tampoco tienen retención fiscal pero de cuya colocación entre privados deben dar cuenta las entidades financieras que intermedian en este mercado, ha sido uno de los lugares escogidos para una parte de este dinero negro, cuyos poseedores han preferido correr el riesgo de ser localizados por los inspectores. La inversión inmobiliaria, y en bolsa también se ha beneficiado de esta pérdida del miedo al fisco que parece ha tenido lugar.

Más rentabilidad

Las elevadas rentabilidades que ofrecen estas salidas (las letras, por ejemplo, se emiten a un tipo de interés que es casi el doble del de los pagarés) y la creencia de que Hacienda no tiene capacidad real para poder utilizar con la suficiente eficiencia todos los datos de que dispone para controlar al contribuyente han ayudado a esta pérdida de miedo.El mantenimiento de los altos tipos de interés en el resto de activos y la no modificación del correspondiente a los pagarés hizo que hasta primeros del pasado mes de agosto volviera a ser rentable para las entidades financieras y para los poseedores de dinero negro empezar a emitir pagarés afros. Estos pagarés se emitían nominalmente al 8,5%, tipo de interés mínimo legalmente establecido por el Ministerio de Economía y Hacienda. Los ingresos fiscales obtenidos por estos títulos se cifraban en el 3,825% (38.250 pesetas anuales por cada millón de pesetas).

Sin embargo, los bancos los cedían a su clientes posteriormente a un precio superior a la diferencia entre el precio nominal de emisión y la retención fiscal practicada. De esta forma los clientes obtenían una rentabilidad ligeramente superior a la que pudieran conseguir comprando pagarés del Tesoro y las entidades financieras lograban captar depósitos a unos precios muy inferiores a los del mercado monetario.

La decisión de Hacienda de elevar el tipo de interés mínimo, sobre el que se practican las retenciones del 45%, del 8,5% al 15% impide seguir emitiendo estos títulos porque el coste real para los bancos supera al precio del interbancario. Si un banco quiere captar depósitos mediante afros debe tener en cuenta que a Hacienda deberá pagarle el 6,75%, al cliente una cantidad superior al 7% (porque de otra forma se irá a pagarés) y a ello tiene que añadir otro 2% por la repercusión de los coeficientes obligatorios.

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