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Vargas Llosa encabeza la mayor concentración de la derecha peruana en los últimos años

El escritor Mario Vargas Llosa encabezó en la noche del viernes (madrugada de ayer en España) la que ya es considerada como la mayor concentración de la derecha peruana en los últimos años, para protestar contra la medida de nacionalización bancaria anunciada recientemente por el presidente Alan García.

El fuerte respaldo económico de empresarios y banqueros al mitin dirigido por Vargas Llosa contrastó con la capacidad de movilización y convocatoria que mantiene el presidente García, que continúa organizando en cuestión de horas manifestaciones públicas de envergadura. Vargas Llosa, además de insistir en que el proyecto de nacionalización impulsado por García es el inicio del totalitarismo en Perú, exigió a éste que rectifique ese "gravísimo error" y anunció que si la estatización es aprobada, él y sus seguidores acudirán al poder judicial y si no prospera su demanda "sacaremos [a la gente] a las calles y plazas en todo el Perú", en un claro anuncio de futuras movilizaciones.

Fustigó ácidamente al Partido Revolucionario Institucional (PRI) mexicano, asegurando que el partido Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), gobernante en Perú, pretende instaurar un sistema similar en que se "institucionalice la corrupción o la mordida" (soborno), y se interrogó por qué no se copiaba la dinámica japonesa o la iniciativa de dirigentes socialistas europeos como Felipe González o Mario Soares.

"¿Por qué no seguir", dijo Vargas Llosa, "el ejemplo del socialismo español de Felipe González, que en lugar de estatizar las empresas las privatiza para que haya prosperidad y creación de riqueza en España? ¿Por qué no seguir el ejemplo de Mario Soares en Portugal, un líder socialista que estuvo en una época a favor de la estatización y ahora está de vuelta, de regreso de ese mito absurdo que sólo ha traído ineficacia, corrupción y dictadura en los países.

El escritor, en su primera actuación como tribuno público, tuvo problemas para controlar a un público agresivo, que gritaba "y va a caer" refiriéndose al presidente García, en medio de infinidad de banderitas nacionales, pegatinas, cintas y panfletos que hacían un llamamiento a la resistencia civil.

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