El presidente de Sri Lanka escapa a un atentado
El presidente de Sri Lanka, Junius Jawardene, escapó ayer a un atentado con granadas en el Parlamento cingalés, en el que murió un ministro adjunto y fueron heridos 17 miembros del partido en el poder, incluidos el primer ministro, Ranasinghe Premadasa, y cinco ministros. El presidente Jayewardene resultó ileso.
El atentado, cuyos autores no habían sido identificados ayer, ocurrió durante una reunión de aproximadamente 140 diputados del gobernante Partido Nacional Unificado, una hora antes de que se iniciara en el Parlamento un debate sobre el acuerdo de paz con los tamiles, firmado con la India el pasado 29 de julio, y que puso fin a cuatro años de sangrientos enfrentamientos. Los terroristas efectuaron un disparo y lanzaron dos granadas hacia el presidente Jayawardene, que presidía la reunión, según declaró un portavoz del Gobierno. Keerthi Abeywickrama, ministro adjunto y jefe del distrito de Matara (sur del país), murió ayer a consecuencias de las heridas.
Cuatros ministros resultaron gravemente heridos: los de Seguridad Nacional, Lalith Athulathinudali, de Asuntos Parlamentarios, Vicente Perera, de Cultura, E.L.B. Hururlle, y de la Función Pública, Montague Jayewickreme. Fuentes oficiales afirmaron que el estado de los demás heridos no era grave.
El diputado Ratnakaye Karunaratne, que ayudó al presidente Jumus Jayewardene a salir del Parlamento tras el atentado, confirmó que el objetivo de los terroristas era matar al presidente cingalés. "Vi una bola negra que había sido lanzada desde una puerta detrás de la mesa principal, donde estaban sentados Jayewardene, el primer ministro y el ministro de Asuntos Parlamentarios", contó Ratnakawe Karunaratne, que añadió: "[La bola] rebotó en la mesa del presidente, cayó donde estaba sentado el ministro de Seguridad Nacional, y estalló enseguida. No hubo humo. Un segundo objeto cayó también cerca de la primera granada y explotó".
Varios miles de soldados y de policías fueron desplegados en Colombo y alrededor del Parlamento, situado a 15 kilómetros de la capital, para impedir nuevos actos de violencia.
