Historias de porteras
En la confección de cualquier tipo de historia, la perspectiva temporal más que una ayuda es una necesidad vital. Pocas conclusiones válidas pueden sacarse de algo que todavía está vivo y no ha llegado al final de sus potenciales posibilidades.En el pasado mes de diciembre la nova cançó catalana cumplió 25 años de vida, algunos más si pensamos que ya se cantaba en catalán antes de aquel primer concierto que a finales de 1961 y bajo el nombre de La poesía de la nova cançó se realizó en los locales del CICF, en Barcelona. Nadie se ha atrevido todavía a enterrar definitivamente el movimiento a pesar de que muchos lo han intentado; tal vez por eso nadie ha escrito o filmado todavía una historia real y creíble de lo que fue o aún es la nova cançó.
Tampoco Documentos TV, a pesar de sus buenas intenciones, lo consiguió en sus casi dos horas de programa del pasado lunes. El homenaje, un poco retrasado, a esos primeros 25 años se quedó en las intenciones sin llegar a clarificar en ningún momento el significado del movimiento.
Nova cançó, canciones para una historia se estrelló contra la cáscara sin llegar al meollo. No es suficiente reunir una serie de opiniones debidamente editadas, complementarias o contradictorias, para dar verosimilitud a un esquema de base pobre en contenido y excesivamente deshilachado, disperso y superficial en su exposición.
Maniqueísmo
Tampoco es aceptable el planteamiento maniqueo de la historia, o de la actualidad, buscando en todo momento quiénes fueron, o son, los malos y los buenos. A estas alturas de 1987 parece increíble que Serrat tenga que justificarse por cantar en castellano o Raimon afirmar su intención de seguir haciéndolo sólo en catalán, que Pi de la Serra asegure sentirse perjudicado por la actuación de Llach ante 100.000 personas; que Guillermina Motta acuse a tres de sus compañeros, los que habitualmente tienen trabajo, de ser artistas oficiales; que Ovidi Montllor le eche la culpa a la salsa de la disminución de sus actuaciones o que a Llach se le pida rendir cuentas públicas por la subvención recibida para sus actuaciones con una orquesta sinfónica francesa.
Visión crítica
Por otro lado, no tiene ningún sentido entrevistar a Pau Riba en la bañera o a Sisa en un asilo de ancianos para que no digan absolutamente nada.Documentos TV ha querido dar una visión crítica, pero al evitar los planteamientos triunfalistas, melancólicos o de barretina, ha caído en su propia trampa quedándose en la anécdota abonada de envidias y rencillas, que las hubo, las hay y las habrá en el seno de un movimiento que posee el censo más alto de cantantes supuestamente en activo que no cantan porque no tienen quien les contrate ni quien les escuche, pero que son incapaces de reconocerlo.
Fue una lástima que no se llegase más allá de las simples "historias de porteras", utilizando una de las frases empleadas por Serrat en la filmación. Como también fue una lástima que el interesantísimo material musical que posee TVE o que se recogió para este programa sólo se utilizase como puente o fondo para la palabra cuando por sí solo podría componer y clarificar muchos de los aspectos de este complejo rompecabezas en que se ha convertido la evolución histórica de la nova cançó.
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