El control de la cantidad de dinero en julio mejora las expectativas de que bajen los tipos de interés
GUSTAVO MATÍASLa masa monetaria creció en julio a un ritmo del 8,9%, el más bajo desde enero, único mes en que se ajustó a los objetivos iniciales. El sistema financiero ya había descontado en los últimos días la favorable eventualidad de una tasa próxima al 10%. Pero el dato reafirma las expectativas de que puedan bajar los altos tipos de interés de las operaciones a corto plazo. Esto se juzga como condición necesaria para que luego la banca traslade el movimiento a las operaciones con su clientela. Que resulte suficiente o no dependerá de las cifras oficiales sobre la inflación.
Los datos provisionales publicados ayer por el Banco de España indican que los activos líquidos en manos del público -los llamados alpes- apenas aumentaron durante el pasado mes de julio a una tasa intermensual elevada a anual del 8,9%. Así, el crecimiento acumulado en los siete primeros meses del año queda en el 13%, frente al 13,7% de enero-junio.Ese 13% todavía sigue distante de la banda 6,5%-9,5% trazada inicialmente para contribuir a lograr un 5% de inflación y un aumento real del 3% en la actividad económica. Pero el 8,9% de julio alienta las perspectivas de una baja firme de los tipos de interés. Los medios financieros consultados apuntan al respecto dos motivos:
En primer lugar, el 8,9% ya queda dentro de la banda inicial de objetivos, y esta vuelta al control de la cantidad de dinero permite aflojar unas restricciones que causaron altos tipos de interés en el mercado interbancario, con subidas del 12% al 20% de marzo a mayo.
Adicionalmente, la reciente flexibilidad mostrada por la política monetaria al prever el Banco de España que la economía crecerá este año un 4% y al constatar que la demanda de dinero está siendo superior a la prevista parece orientada a admitir que los alpes terminen el año del 9,5% al 10%, casi dos puntos por encima del 8% tomado al principio como objetivo central. Este nuevo objetivo oficioso, ya asentado sobre un mercado que parece dispuesto a secundar una política más preocupada por bajar el precio del dinero que por controlar su cantidad, contribuye a reafirmar las expectativas hacia la paulatina caída de los tipos.
El mercado espera
Como en 1986, la vuelta al control de la masa monetaria llega en un momento poco propicio, pues la cantidad de dinero aumenta con las fuertes entradas de divisas por turismo e inversión. A ello han contribuido desde junio la utilización de las letras del Tesoro y de los bonos para retirar liquidez del sistema, así como el alivio en las necesidades del sector público.
Los datos publicados ayer señalan que en Julio se han aplacado las necesidades de crédito del sector público, de forma que éste lleva un aumento del 9,5% en los siete primeros meses del año, frente al 12% registrado en el primer semestre. Por el contrario, el crédito al sector privado ha crecido un 15% en julio, lo que arroja un 12,5% para los siete primeros meses, medio punto menos que en el primer semestre, pero muy por encima del 7% previsto inicialmente para todo el año.
Sin embargo, los mercados se muestran todavía cautelosos, a la espera de las noticias oficiales sobre la inflación y de que el retorno del gobernador del Banco de España, Mariano Rubio, permita entrever decisiones más contundentes. Los tipos del dinero a un día facilitado ayer por el banco emisor a los intermediarios (501.500 millones) volvieron ayer a repetir, mientras que los practicados entre ellos apenas se movieron tampoco (580.000 millones al 17,59%, contra 656.000 millones al 17,55% el miércoles). Sí subieron una décima para más de 90 días, donde el dinero se cotiza a un punto menos.
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