El IRPF y las cotizaciones a la Seguridad Social pueden bajar a la vez, según el director general de Planificación
ENVIADO ESPECIALLa coyuntura permite financiar a la vez la rebaja de tipos en el impuesto sobre la renta (IRPF) para 1988 y la reducción de cotizaciones empresariales a la Seguridad Social, sin elevar el IVA, según afirmó ayer en Santander Antoni Zabalza, director general de Planificación, del Ministerio de Economía y Hacienda, dentro del curso La política macroeconómica: el estado de la cuestión, que se desarrolla esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
Al analizar la posible contribución de la política fiscal a la recuperación económica, Zabalza se mostró confiado en que los efectos de mejora de la eficacia del sistema y del aumento de empleados y contribuyentes que se derivarían de dichas medidas ayudarían incluso a mantener los ingresos totales del Estado. Así, los objetivos de empleo ni siquiera requerirían elevar el déficit público.
Sin embargo, el director general de Planificación dijo que una reducción indiscriminada de cotizaciones empresariales beneficiaría tanto al trabajo que sufre paro o exceso de oferta como al que tiene exceso de demanda. Por ello, resultaría más eficiente centrar la moderación de costes laborales en los sectores donde se registra el primer problema, profundizando en medidas como las deducciones y exenciones al empleo de jóvenes o mediante la puesta en marcha de experiencias como la del Reino Unido, donde han bajado unas cotizaciones y han subido otras.
No subir el IVA
En cualquier caso, Zabalza desaconsejó cubrir los menores ingresos públicos con una, subida de los tipos del IVA, medida que proponen desde hace dos años empresarios de sectores muy intensivos en trabajo, entre ellos el textil, y en la que ayer insistió el catedrático de Hacienda Pública, Emilio Albí. El director general dijo que, si bien el IVA tendrá que subir algo en España dentro de varios años por imperativo de la Comunidad Europea, la eficacia de elevarlo ahora sería muy dudosa, porque generaría subidas de precios que se trasladarían a los salarios.Los intentos de moderar la presión fiscal o de reformar los sistemas impositivos están generalizados internacionalmente, según afirmó Bill Robinson, director del Instituto de Estudios Fiscales de Inglaterra, quien cuestionó la racionalidad de que el sector público se ocupe de bienes como la salud y la educación, al tiempo que propugnó impuestos baratos de recaudar, difíciles de esquivar y neutrales.
Otros ponentes y profesores se sumaron a la necesidad de reducciones fiscales con el objetivo formal de luchar contra el paro sin reavivar la inflación, aunque entre ellos surgió cierta polémica sobre los efectos redistributivos del sistema español.
José María Vegara, presidente del Instituto de Estudios Fiscales, preguntó a Albí qué pasaría con la redistribución en caso de bajar los tipos del IRPF y subir los del IVA. "Si con tipos marginales más bajos hay más ahorro e inversión en la economía, en solo un año se demostraría que la medida habría sido progresista", fue la respuesta. Otro profesor zanjó el asunto al apuntar que la progresividad es un concepto relativo y determinado por la ideología.
Para que ni la inflación ni el paro sea un problema excesivo, Bill Robinson defendió que tanto la política fiscal como la monetaria se adecúen al nivel detentado por la capacidad productiva.
Según Zabalza, ni del importante aumento de ingresos públicos ni de los déficit registrados desde 1979 debe deducirse que la política fiscal ha sido expansiva. Su análisis, original y polémico, a juzgar por las reacciones, llevó a la conclusión de que, si bien los ingresos públicos han crecido a un ritmo anual del 1,1% del producto interior bruto (desde el 28,5% hasta el 36,4% en 1986), de estos ocho puntos de incremento siete han sido devueltos al sector privado, la mitad en forma de aumentos de transferencias sociales (sobre todo pensiones y subsidios de paro) y la otra mitad en pago de intereses por la deuda pública emitida para cubrir los déficit).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.