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Dos guardias civiles procesados por robo en Irún, autorizados a participar en un cursillo en EE UU

Dos de los tres guardias civiles procesados por un juzgado de San Sebastián como presuntos autores de un delito de robo cometido el 20 de noviembre último en Irún han sido autorizados a participar en un cursillo de instrucción en el manejo de aviones y helicópteros que se desarrollará en Estados Unidos durante el próximo septiembre, según informaron fuentes judiciales. Los guardias procesados, miembros del servicio de información del cuerpo, fueron detenidos por la Policía Municipal de Irún cuando, según el riscal, cargaban en una furgoneta del cuerpo con matrícula trucada un número indeterminado de prendas de vestir, valoradas en más de 1.700.000 pesetas, que acababan de sustraer de una tienda situada en las inmediaciones. Los tres procesados no han sido suspendidos de funciones y se hallan en libertad provisional, añadieron las mismas fuentes.

Los guardias procesados son el sargento Enrique Dorado Villalobos, el cabo Felipe Manuel Bayo Leal y el número Francisco Javier Olivar. El fiscal considera que los tres procesados incurrieron en delitos de robo con violencia e intimidación, utilización ilegítima de vehículo de motor ajeno y sustitución de placa legítima de un vehículo automóvil, cargos por los que solicita penas parciales de 18 meses de prisión menor, dos meses de arresto mayor y siete meses de prisión menor.La acusación fiscal pide además una pena de seis años y un día de prisión mayor para el sargento Enrique Dorado como presunto autor de un delito de tenencia ilícita de armas de fuego.

Juan María Bandrés, que ejerce la acusación particular en nombre del Ayuntamiento de Irún, se ha mostrado decidido a acusar también a los procesados del cargo de resistencia o atentado a agentes de la autoridad. La defensa de los tres agentes, miembros del Servicio de Información de la Guardia Civil, fue asumida inicialmente por el letrado Juan Arellano Conejos y encomendada con posterioridad a Ignacio González Arrate, uno de los integrantes del equipo de abogados que asesora a la Guardia Civil y que ha participado en los procesos contra agentes de este cuerpo juzgados por delitos de tortura.

Relato de los hechos

Según el relato fiscal de los hechos, los tres guardias ahora procesados se resistieron a los policías municipales de Irún que acudieron a detenerlos, y el sargento Enrique Dorado encañonó a los agentes municipales y efectuó un disparo al aire con ánimo intimidatorio antes de desistir de su actitud. El arma utilizada por este procesado es una pistola SIG Sauer modelo P 226, de fabricación alemana, que tenía la numeración borrada y que fue adquirida, supuestamente, a un camionero alemán no identificado.La policía municipal de Irún encontró en la furgoneta de los guardias civiles una pistola similar a la anterior, con la numeración también borrada, y otra, marca Star del calibre 9 milímetros Parabellum, que es el arma reglamentaria del también procesado Francisco Javier Olivar.

Los tres guardias se encontraban francos de servicio a las tres horas de la madrugada del día 20 de noviembre, en que fueron detenidos, y, de acuerdo con la acusación, se apropiaron de una furgoneta del cuerpo en el acuartelamiento de Intxaurrondo sin autorización y dispuestos a cometer un hecho delictivo. Cambiaron las placas de la matrícula con la finalidad, siempre según el relato fiscal, de dificultar el descubrimiento de los hechos, y una vez en Irún, violentaron la puerta de entrada del comercio Trafic con un destornillador y comenzaron a apoderarse de las prendas almacenadas en su interior, cazadoras, chaquetas y abrigos preferentemente, y a trasladarlas a la furgoneta.

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La patrulla de la Policía Municipal de Irún sorprendió a los procesados cuando éstos habían sustraído prendas por valor de 1.700.000 pesetas y 2.500 francos en efectivo. Dorado encañonó a uno de los policías municipales, pero éste se libró de la amenaza con un manotazo y logró reducir a dos guardias que se abalanzaron contra él. El sargento Dorado huyó en dirección a la furgoneta, pero su fuga fue interceptada por otros policías municipales, a los que encañonó en varias ocasiones antes de deponer su actitud y ser detenido.

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