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3.000 soldados indios desembarcan en Sri Lanka para garantizar la tregua entre el Gobierno y los tamiles

Un contingente de 3.000 soldados indios desembarcó ayer en la conflictiva península de Jaffna, en el norte de Sri Lanka, para reemplazar a las tropas gubernamentales, que comenzaron a retirarse como consecuencia del acuerdo firmado el miércoles entre los líderes de ambos países para poner fin a la guerra en la isla. El primer ministro indio, Rajiv Gandhi, fue objeto de una agresión poco antes de salir de Colombo, con destino a Nueva Delhi, al recibir en el hombro un golpe con la culata de un rifle propinado por un miembro de la guardia de honor que le despedía en la capital cingalesa.

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La firma del acuerdo, que establece la autonomía limitada para las provincias de mayoría tamil en el norte y en el este de la isla, ha sido objeto de fuertes críticas por parte de la mayoría cingalesa de Sri Lanka. Grupos coritrarios al acuerdo realizaron ayer manifestaciones en Colombo por tercer día consecutivo, desafiando el toque de queda impuesto en todo el país. Los manifestantes levantaron barricadas en las principales calles de la capital, y la policía informó que 50 personas han muerto y otras 200 han resultado heridas en los desórdenes que comenzaron el pasado martes.Gandhi, que se ha jugado su prestigio personal en la consecución del acuerdo, presionado por la existencia de un fuerte contingente de población tamil en el sur de la India, fue recibido como un héroe a su llegada a Nueva

Delhi. Acerca del incidente en Colombo, relató: "Mientras inspeccionaba la guardia de honor, justo al pasar al lado de un guardia, éste volteó el rifle y me golpeó en el hombro y la cabeza". Tras el incidente, Gandhi fue rodeado por sus guardias de seguridad y conducido a un automóvil en el que se alejó, seguido por el presidente de Sri Lanka, Junius Jayewardene, y sus escoltas. Antes ae entrar en el coche, Gandhi dijo a los periodistas que no había resultado herido "en absoluto". A su llegada a Nueva Delhi, e.clamado por unos 3.000 partidarios, el primer ministro indio restó importancia al incidente. Sin mostrar signos de conmoción ni herida alguna, Gandhi bromeó con los periodistas y les preguntó: "¿Parezco herido?, ¿quieren que me quite la ropa?".

Fuentes oficiales de Sri Lanka, que en un primer momento djeron que el soldado se había "desmayado", informaron que el marino -de quien no se proporcionó la identidad ni su origen étnico- ha sido detenido.

Las tropas indias que comenzaron a llegar ayer a Jaffna -con camiones blindados, helicópteros y vehículos anfibios- no son más que la primera parte del contingente que ese país está dispuesto a enviar a la región para hacer respetar el alto al fuego, según informaron fuentes del Gobierno indio. Un nuevo grupo llegará el jueves o el viernes próximo, según las fuentes.

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El principal grupo separatista, los Tigres de Liberación Tamil Eelam, no habían aceptado hasta ayer la tregua, y Gandhi dijo que las negociaciones con sus dirigentes continuarán en Nueva Delhi. Sin embargo, la radio estatal cingalesa informó que los rebeldes comenzarán a entregar sus armas hoy.

El presidente Jayewardene, por su parte, informó ayer que ha pedido, además, ayuda militar a Estados Unidos, el Reino Unido, Pakistán y China para que le ayuden a "suprimir la revuelta contra el Gobierno democráticamente elegido". Según dijo, Estados Unidos ya entregó su respuesta afirmativa, aunque no especificó qué tipo de ayuda fue solicitada. Fuentes diplomáticas británicas, en cambio, informaron que no se había recibido hasta ayer en Londres ninguna petición de ayuda.

Acuerdo de alto el fuego

El acuerdo de 18 puntos firmados por Jayewardene y Gandhi establece un alto al fuego en un plazo de 48 horas, que vencían anoche, y establecía la obligación para los rebeldes tamiles de entregar las armas al Ejército indio y a representantes de la Cruz Roja en un plazo de 72 horas después del alto al fuego. Las tropas gubernamentales estacionadas en las regiones del norte y del este desde la ofensiva lanzada en mayo pasado deben retirarse a sus cuarteles en el resto del país.

El pacto, que permite a la India extender su influencia como potencia regional, establece la celebración de elecciones en las nueve provincias de Sri Lanka antes del 30 de diciembre de este año, considerando las provincias del norte y del este como una sola unidad administrativa.

Antes del fin de 1988 deberá haber un referéndum, en las provincias del este para que los habitantes de esta zona -tamiles, cingaleses y musulmanes- decidan si quieren seguir perteneciendo a la misma unidad con los tamiles del norte. El proceso deberá ser garantizado por la India.

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