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Gromiko accede a recibir hoy a manifestantes tártaros

Un grupo de tres centenares de tártaros congregados desde el pasado jueves en la Plaza Roja de Moscú, con retratos de Vladimir Lenin y Mijail Gorbachov y que reclamaban el derecho de volver a vivir en su tierra, concluyó ayer la protesta tras obtener la garantía de ser recibidos hoy por el presidente de la URSS, Andrei Gromiko.

Los concentrados, que habían estado gritando antes de deponer su actitud "Gorbachov, Gorbachov", decidieron terminar su vigilia después de mantener largas discusiones en la calle con funcionarios oficiales sobre la petición de ser recibidos por el máximo dirigente del Kremlin, que se encontraba ayer en su despacho en el momento de los incidentes.

Richat Djemilev, uno de los portavoces del grupo, declaró ayer que los funcionarios prometieron que el presidente Gromiko recibirá hoy a una delegación integrada por una veintena de manifestantes.

Este encuentro había sido ofrecido el sábado por las autoridades, pero los manifestantes lo rechazaron inmediatamente, exigiendo ser recibidos por el número uno soviético, Mijail Gorbachov. "Decidimos al final ver a Gromiko, pues, después de todo, es el jefe de Estado y puede tener cosas importantes que decirnos", manifestó el representante tártaro. "Hemos puesto grandes esperanzas en Gorbachov", declaró el portavoz de los manifestantes, quien, por otra parte, afirmó que la policía, salvo un pequeño enfrentamiento el sábado, se había portado con gran respeto y en ningún momento trató de intimidarles.

Gromiko, al frente

Gromiko fue designado el pasado jueves presidente de una comisión gubernamental, creada a instancias de un llamamiento de cuatro escritores, para estudiar el problema de la minoría tártara, a quien Stalin acusó de colaborar con los nazis y deportó masivamente en 1944 desde Crimea hasta Asia Central.Las autoridades soviéticas reconocen que la deportación de los tártaros fue injusta y afectó a miles de inocentes, pero fue producto de las duras condiciones de la guerra y de la situación concreta en Crimea.

Las fuerzas de seguridad, que se mantenían vigilantes desde el sábado por la tarde, desaparecieron una vez que los manifestantes decidieron abandonar su actitud y retiraron una veintena de autobuses policiales que habían sido colocados para impedir la mirada de los transeúntes.

Sin embargo, el sábado por la noche y ayer miles de turistas extranjeros y de moscovitas observaban con curiosidad desde unos 200 metros de distancia la concentración de tártaros, que exhibían pancartas con lemas como "Devolvednos nuestra tierra" y ""Democracia y glasnost para los tártaros de Crimea también".

Los observadores destacan la actitud flexible que las autoridades han tenido con este suceso, en claro contraste con la represión que durante los últimos 25 años se ha adoptado contra cualquier movimiento de protesta.

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