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RELIGIÓN

El Vaticano controlará a los 'teólogos de la liberación por ordenador

Juan Arias

Los teólogos de la liberación de América Latina estarán fichados a través de un ordenador que irá almacenando tanto sus escritos como sus movimientos. La noticia sobre esta iniciativa la dio monseñor Darío Castrillón Hoyos, actual presidente del Consejo Episcopal de América Latina (Celam). El ordenador, que recogerá todos los datos sobre la Iglesia latinoamericana y empezará a funcionar dentro de dos años, será financiado por los obispos alemanes, que donarán al Celam, con este fin, tres millones de dólares.

Por lo que se refiere al capítulo dedicado a los teólogos de la liberación, el presidente del Celam, hablando en Bogotá a los representantes de las comisiones para las comunicaciones de las diversas conferencias episcopales latinoamericanas, confirmó que "será muy completo".Se tratará de un verdadero fichero de todos los teólogos considerados dentro del movimiento de la llamada teología de la liberación, tan temida por Roma. Dicho fichero almacenará todos los datos personales de cada uno de dichos teólogos, todas sus obras publicadas, las conferencias pronunciadas en las diversas partes del mundo e incluso el número de asistentes a cada una de estas conferencias y no se sabe cuántos detalles más.

Los terminales del ordenador serán instalados, en una primera fase, en Buenos Aires, Río de Janeiro, Ciudad de México y Santo Domingo. Posteriormente se proyecta que haya terminales en todas y cada una de las diócesis latinoamericanas, merced a una ayuda de tres millones de dólares que los obispos alemanes, poco amigos también de la teología de la liberación, destinarán a este fin.Una vez instalado el ordenador, cualquier obispo podrá pedir vía satélite todo tipo de información sobre un teólogo concreto, y, por supuesto, el fichero será muy útil también al cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ex Santo oficio, donde también se está ya estudiando la posibilidad de informatizar todo el archivo de la antigua Inquisición.

En dicho caso, no sería imposible que, también vía satélite, el mismo gran inquisidor del Papa pueda recibir a través de su ordenador toda la ficha eclesiástico-policial de cada teólogo de la liberación.Y cuando, por ejemplo, durante un interrogatorio a Leonardo Boff (u otro compañero de aventuras), el buen franciscano no recuerde los datos exactos de la última ocasión en que habló a los indios del Amazonas sobre la condena de Cristo a los fariseos, Ratzinger, apretando un botón de su computadora, podrá refrescarle la memoria, apuntándole la hora, día, mes, año y hasta la temperatura que hacía aquel día. Y, quién sabe, tal vez también el número de indiecitos que asistieron a su revolucionaria conferencia.

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