Al menos 28 muertos en los temporales de lluvia en el norte de Italia y en el cantón suizo de Ticino
La catástrofe producida por las lluvias torrenciales caídas ininterrumpidamente durante el pasado fin de semana en el norte de Italia y en el cantón suizo de Ticino había producido ayer 28 muertos y numerosos heridos, pero se teme que la cifra de víctimas sea mayor. La mayor parte de las muertes se registró en el pueblo de Tartano, en la provincia de Sondrio, al derrumbarse un ediricio entero, parte del cual fue a caer sobre un hotel, debido al desprendimiento de tierras como consecuencia de la lluvia. En Como, las aguas del lago llegaron incluso a inundar la plaza central.
El diluvio ocasionado en los valles de Brembana, la Valtellina y los lagos de Como y Mayor se extendió ayer a parte de la región del Trentino Alto Adigio, en donde las autoridades declararon el estado de emergencia, mientras cientos de turistas extranjeros empezaron a abandonar la zona.El jefe del gobierno en funciones, Amintore Fanfani, ha convocado para hoy una reunión urgente del Gabinete para que el ministro de Protección Civil, Giuseppe Zamberletti, presente un informe sobre la catástrofe.
Más de 3.000 unidades del Ejército, con el apoyo de docenas de helicópteros, fueron trasladados a las zonas más afectadas, como Bergamo, Como Sondrio, Brescia, Trento y Bolzano, para realizar tareas de rescate y de estudio del terreno en previsión de nuevas posibles desgracias. Sin embargo, el trabajo no resultaba fácil porque muchos pueblos se han quedado incomunicados por la interrupción de carreteras, ferrocarriles y red telefónica.
La radio y la televisión estuvieron ayer durante todo el día lanzando mensajes a la gente de las zonas afectadas para que se alejase de los ríos, pidiéndole al mismo tiempo que no bebiese agua sin hervir y que no gastase gasolina para dejarla a disposición de los medios públicos de emergencia.
Pueblos enteros han tenido que ser evacuados. El presidente de la República, Francesco Cossiga, ha enviado mensajes de solidaridad a los familiares de las víctimas.
El papa Juan Pablo II, que pasó hace pocos días una semana de descanso cerca del lugar de la catástrofe, elevó sus oraciones por las víctimas.
En Bornio, además de la muerte de seis personas, se temía por la suerte de un autobús de línea que aún no había llegado a última hora a su destino. La ciudad de Sondrio quedó prácticamente aislada al desbordarse el río Adda. Un grupo de 50 niños fue salvado del camping donde veraneaba.
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