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El Tribunal Supremo italiano anula la orden de captura contra Marcinkus

El Tribunal Supremo italiano anuló ayer las órdenes de captura contra el arzobispo Paul Marcinkus, presidente del Instituto para las Obras de Religión (IOR), y otros dos ejecutivos del banco del Vaticano. Las órdenes habían sido decretadas el 20 de febrero por jueces de Milán. El alto tribunal dijo que su decisión en el caso era definitiva.

La quinta sección del alto tribunal declaró "no válidos" y, por tanto, "anulados" los mandatos de captura contra Marcinkus y contra Luigi Mennini y Pellegrino de Strobel, a los que la magistratura de Milán acusaba de complicidad en la bancarrota fraudulenta, en 1982, del Banco Ambrosiano, de Roberto Calvi.

Este último apareció muerto, supuestamente suicidado, bajo un puente londinense ese mismo año, poco después de anunciarse la bancarrota del banco que dirigía.

El pasado 9 de julio, la fiscalía general había solicitado la confirmación de los mandatos de captura a los que el Vaticano se opuso con el argumento de que "el IOR es un ente central de la Iglesia católica que goza de inmunidad" y que es reconocido como tal por las leyes italianas.

El Vaticano consideraba que las pruebas aportadas por los jueces milaneses eran "meras conjeturas". El Vaticano siempre se negó a conceder la extradición de Marcinkus.

El arzobispo norteamericano declaró ayer que se sentía muy feliz con la noticia. "Siempre tuve fe en la justicia italiana", dijo sin hacer más comentarios.

Los magistrados milanenses que dictaron la orden de captura eludieron comentar la decisión del Tribunal Supremo hasta que no se publique oficialmente, algo que puede demorarse varios días o quizás semanas.

Libertad de movimientos

El fallo de la Corte Suprema supone que Marcinkus y sus otros dos colaboradores en el IOR podrán acabar con su reclusión forzosa en el Vaticano desde hace cinco meses y moverse libremente fuera de sus límites sin temor a ser arrestados por las autoridades italianas.Los magistrados investigadores del caso alegaron que el banco del Vaticano fue responsable de la quiebra del Banco Ambrosiano, que dejó al descubierto deudas por valor de 1,3 mil millones de dólares, en la mayor crisis financiera registrada en una entidad bancaria privada en Italia.

El arzobispo Marcinkus y otros representantes de la Santa Sede mantuvieron desde el principio que el Vaticano no tuvo ninguna responsabilidad en la quiebra del banco de Calvi.

El secretario general del IOR, monseñor Donato de Bonis, declaró en una entrevista a principios de esta semana que Marcinkus y los otros dos ejecutivos del banco del Vaticano fueron víctimas inconscientes de la quiebra del Ambrosiano.

De Bonis dijo que los magistrados investigadores del caso se habían centrado demasiado en la posible implicación de la Santa Sede y desatendiendo la responsabilidad de los culpables.

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