_
_
_
_
Crítica:CONCIERTO DE UB-40, THE PRETENDERS Y U-2
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La energía, de un 'rock' sin rostros

Pasados 35 minutos de la medianoche saltaron U-2 al escenario de un estadio Santiago Bernabéu peligrosamente desbordado en su capacidad, y aquello fue el delirio. Dificilmente podrá encontrarse un público más entregado, dispuesto a soportar incomodidades y ansioso de protagonizar una noche que hará época en la historia de los conciertos en Madrid.El atractivo programa hizo congregarse a 100.000 personas llegadas de todos los puntos de España, ante una convocatoria que sentimentalmente enlazó con grandes concentraciones representativas de épocas pasadas, pero que en su aspecto musical obliga a meditar el sentido de convertirse en receptores del trabajo musical de unas personas a las que no se puede ver la cara mientras interpretan. Una flagrante contradicción cuando todos los artistas que pasaron por el escenario tienen a gala el contacto casi fisico con su público.

Concierto de Big Audio Dynamite, UB40, The Pretenders y U-2

Estadio Santiago Bernabéu. Madrid, 15 de julio.

Desde 19.30, hora en que comenzaron su actuación los primeros invitados, Big Audio Dynamite, el ambiente fue in crescendo. El quinteto liderado por Mick Jones, ex componente de Thé Clash, marcó la pauta de lo que sería una larga noche: energía en la ejecución y un alineamiento ideológico escorado hacia posiciones de izquierda, con una sensibilización especial hacia problemas de países concretos y minorías marginadas.

Con UB-40 se alcanzó uno de los momentos más brillantes de la noche. Practican un reggae que si bien no aporta novedades estilísticas está magníficamente interpretado, con un swing impecable; magníficas voces sustentadas por una interesante base rítmica en la que destacó el bajista Earl Falconer. Durante 45 minutos, UB-40 crearon el ambiente preciso para que las grandes estrellas pudiesen desarrollar sutrabajo en inmejorables condiciones, al tiempo que demostraron que el ingrato papel de teloneros puede convertirse a veces en un trampolín hacia el reconocimiento incontestable.

Chrissie Hytide representó a la perfección su papel de estrella del pop-rock. Al frente de sus cuatro Pretenders, en los que desta,có el guitarrista Robbie Mclntosh, interpretó canciones de toda su carrera -iniciada en Londres en 1978-, muchas de las cuales fueron reconocidas y coreadas por el público. Las composiciones de la Hyride no son de fácil asimilación y la poca claridad del sonido no ayudó a limar la aspereza de su música pero la cantante norteamericana de 35 años mostró dominio del escenario y calidad en la interpretación. Su actuación, un tanto lineal, duró una hora y alcanzó su mejor momento en la última canción, Míddle of the road. Después, junto a UB-40, se despidió con su remake del éxito de los sesenta I got you babe, como concesión a una galería que lo aceptó de mil amores.

Con U-2, el fervor

La expectación despertada por la presencia de U-2 en Madrid ha sido inusitada. El cuarteto irlandés formado en Dublín en 1978 ofrece como banderines de enganche aspectos que han constituido la esencia del rock a lo largo de toda su historia. Cuatro amigos muy jóvenes que, sin saber tocar, se reunieron para hacer música. Unos primeros discos introspectivos e impresionistas, en los que una energía primaria y vital creó lo cimientos de su posterior y triunfante carrera. Si a esto añadimos una postura crítica, un tanto ambigua en ocasiones, respecto a determinadas situaciones políticas y sociales, y una música muy personal, desmarcada de tendencias y estilos a la moda, obtendremos algunas de las razones de su éxito ante un público necesitado de héroes de carne y hueso, teóricamente' alejados de planteamientos cerebralmente comerciales y canalizador de inquietudes dormidas.Así, la entrega de los presente produjo desde el principio manera incondicional, con fervor únicamente comparable al de algunos conciertos de heavy rock.El cantante Bono (Paul vies Hewson) es una mezcla Van Morrison y Bruce Spri steen. Líder en una banda que admite líderes, a sus 27 años alcanzado una sorprendente durez interpretativa y conceptual. Constructor de su pr mundo y su propia música paso de los años le ha sumid el mundo del escepticismo muchos aspectos, aunque m tiene la primacía del sentimiento, del corazón y del rock como do globalffiente liberador y frentado a posiciones conservadoras.

A su lado, el guitarrista Edge (Dave Evans) teje con nica elemental toda la base mónica en la que se sustent oscura música de U-2. Alej de todo virtuosismo como ins mentista, The Edge (El Límite utiliza tecnología punta para crear ambientes duros y etéreos donde el concepto de lo repetitivo se ha convertido en característica del grupo y una de las posibles razones de su atractivo.

La utilización de cintas grabadas (playback) compl aquello que la guitarra no puede llenar por sí sola, y la base rítmica del batería Larry Mullen bajista Adam Clayton mantiene la tensión precisa para que el recto de, U-2 responda a las expectativas.

Alejados de la idea del como espectáculo, el cuarteto irlandés ofrece una música enraizada con su tierra, sin grandes despliegues escénicos y con entrega incondicional como que acoge a toda una legión fieles suspendidos y encantados. Es lo que generosamente regala U-2: la vuelta a lo primario, sencillo. La música como valor por sí misma; el rock como generador de energía positiva y rebelde.

Aunque se realice desde privilegiada posición del triunfador. Aunque no se les pueda ver la cara mientras tocan.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_