Robert Gallo critica a los medios de por su información sobre el SIDA
El científico norteamericano Robert Gallo, uno de los descubridores del virus del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), criticó ayer duramente en la Universidad Menéndez Pelayo a los medios de comunicación. Gallo, probablemente el científico más conocido en la actualidad en todo el mundo, libra una batalla activa contra los titullares simplificadores o falsos referentes a los aspectos científicos del SIDA, y se niega a rendirse ante lo que considera una mala práctica de algunos medios, especialmente norbamericanos, cuyo acoso soporta desde hace ya cinca años.
ENVIADA ESPECIAL
Gallo quiso ayer también dejar clara su condición de experto mundial en retrovirus, al aceptar a regañadientes el cambio de nombre, del virus del SIDA decidido por la OMS para unificar los nombres, tras el enfrentamiento de varios años de duración entre el propio Gallo y el científico francés Luc Montagnier, autor del aislamiento del VIH1, como se conoce actualmente. "Tengo un problema con los nombres", afirmó, y aseguró que el verdadero virus del SIDA sólo es uno, el VIH1, y que prestar mucha importancia a otros nuevos es descentrar la cuestión. "Ahora tengo uno nuevo, que le llamo virus X, descubierto en Nigeria", afirmó, refiriéndose al que presentó el pasado mes de junio en el Congreso Mundial sobre SIDA celebrado en Washington. "Este virus provoca inmunodeficiencia, pero no el SIDA". Respecto al VIH2, ya aceptado por la OMS, señaló que es igual en un 50% al VIH1 que está muy poco extendido: "Puedo asegurar que cualquier enfoque de lucha contra el primero servirá también para el segundo".
Vacuna viable
Gallo se mostró optimista sobre la viabilidad de una vacuna, y aseguró que en el último año se han hecho grandes progresos en el estudio de las zonas de la envoltura del virus que produce respuesta inmunológica: "Es un gran progreso que no se ha visto reflejado en los titulares de la Prensa". Gallo descalificó a científicos "veteranos" que en Washington aseguraron que la vacuna es imposible, con el argumento de que no son expertos en retrovirus.El científico, de 50 años de edad, era, antes de que surgiera la epidemia del SIDA, el experto mundial más conocido en retrovirus, y había identificado el primer retrovirus humano, que bautizó como HTLVI y que demostró podía causar cáncer. "No entiendo por qué no se le presta imayor atención a este virus, cuando se ha demostrado que en Estados Unidos está ya tan extendido como el del SIDA".
Desde que surgió el SIDA, Gallo se ha convertido en el científico más solicitado por los medios de comunicación, con los que se ha peleado a menudo. Hace poco más de una semana surgió la polémica en torno a unas supuestas declaraciones suyas sobre la posibilidad de que los mosquitos actúen de transmisores del SIDA, que Gallo negó rotundarnente.
La cresentación de una supuesta vacuna el mes pasado en Viena, con su presencia, ha sido otra de las cosas que le ha molestado. "Yo dije que podría revelarse coino un importante avance, nada más. Científicamente es importante, aunque no es una vacuna, pero la empresa tenía presiones para presentar algo ante los ataques que sufría por sus experimentos con chimpacés".
En la conferencia internacional sobre el SIDA, que termina hoy con la intervención de Gallo, el sociólogo Ricardo Usieto presentó ayer un estudio sobre características de portadores, realizado por Soledad García en un centro sanitario de Madrid.
El estudio demuestra que entre los hombres predominan los homosexuales y bisexuales (48%) y en las mujeres las toxicómanas. El grupo de edad predominante está entre los 21 y 30 años. El nivel de estudios suele ser bajo, salvoentre los homosexuales. Entre los hombres, un 48% dispone de trabajo y un 30% tiene exclusiva dependencia familiar. Entre las mujeres, la media de edad es menor y el 50% depende exclusivarnente de la familia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.