El jefe de la Internacional Fascista teme ser envenenado en la cárcel
El ultraderechista Stefano delle Chiaie teme ser envenenado en la cárcel de máxima seguridad, próxima a Florencia, donde se encuentra internado, y para evitar un posible asesinato compra sus propios alimentos diariamente.
Delle Chiale se encuentra completamente aislado del resto de los reclusos y es vigilado las 24 horas del día por cinco cámaras de vídeo colocadas en su celda. Una de ellas incluso le filma mientras toma la ducha.
Su cama y la mesa están empotradas contra el suelo y las paredes de la celda para que no intente suicidarse, y sólo el teniente de los Carabinier posee la llave de su habitacion.
Delle Chiale sólo puede recibir una visita de una hora a la semana, siempre de su compañera Leda Paglilica, y se espera que próximamente se amplíe para que puedan visitarle su hermano y su primo.
El jefe de Avanguardia Nazionale dedica la mayor parte del tiempo en la cárcel a estudiar su defensa de los procesos que se siguen contra él en Italia, especialmente el de Bolonia, por el que está siendo interrogado actualmente por la corte de esa ciudad.
Según Leda Paglilica, la única persona que le puede visitar y hablar con él hasta el momento, Delle Chiaie no come apenas y se dedica a escribir y leer las actas de instrucciones de los procesos que tiene pendientes. Estudia y lee hasta muy altas horas de la noche, y prácticamente no sale de su celda. No puede mezclarse con el resto de los reclusos ni parece que esté muy interesado en ello, según su compañera, pues su única obsesión en estos momentos es su defensa y su familia.
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