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El ministro argentino del Interior asegura que el robo de las manos de Perón tiene móviles políticos

El juez de instrucción Jaime Fuar Suau confirmó ayer la noticia que hasta el miércoles circuló en Buenos Aires sólo como un rumor: un grupo de personas profanó durante el fin de semana pasado el mausoleo de la familia Perón, violó el ataúd donde se conservan los restos del ex presidente argentino Juan Domingo Perón y amputó las manos del cadáver. El ministro del Interior, Antonio Tróccoli, dijo que el acto tiene móviles políticos. Los profanadores se llevaron también el sable del general y una carta de su última esposa, María Estela Martínez, Isabelita.

El senador Vicente Saadi, dirigente del sector ortodoxo del peronismo, y el diputado Carlos Grosso, líder del sector renovador en la capital del país, recibieron dos notas idénticas en las que un grupo identificado con una sigla hasta ahora desconocida exige ocho millones de dólares (unos 1.000 millones de pesetas) por la devolución de los restos.Cada uno de los mensajes iba acompañado por la mitad del texto también robado de la tumba y que fue redactado por la viuda de Perón, que reside actualmente en Madrid. En esa carta, Isabelita -que le sucedió en la presidencia, a su muerte, el 1 de julio de 1974, de la que ahora se cumplen 13 años- decía a su marido: "¿Te acuerdas, Juan, cuando tomados de la mano recorríamos el jardín y tu me arrancabas una flor como prueba de tu amor?"

El grupo aclara que los ocho millones de dólares que solicitan serían una "compensación" por servicios realizados a Perón en 1972.

El ministro del Interior, Antonio Tróccoli, descartó la extorsión como único objetivo del robo y aseguró que el hecho tiene "móviles políticos".

El Gobierno inscribe la operación dentro de la esperada campaña de desestabilización política detectada por la Secretaría de Inteligencia. "La sociedad argentina acaba de recibir un mensaje salvaje de quienes vandálicamente perpetraron un acto de depredación", señala un comunicado oficial.

Tróccoli adelantó que, a pesar de la constante ola de rumores y la acción psicológica de la ultraderecha, acompañada de atentados diarios -ayer explotaron otras dos bombas -en las viviendas de dos jueces federales-, no se va a imponer el estado de sitio en el país ni se van a adelantar las elecciones.

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La ex presidenta Maria Estela Martínez, residente en España, presentará una querella criminal por la profanación del cadáver de su esposo, informó su representante en Buenos Aires Juan Labaké.

La gorra y la bandera

El jefe de la policía federal argentina, comisario Juan Pirker, dijo que la denuncia se recibió el lunes, después de que uno de los habituales visitantes del mausoleo notara "algo extraño". El grupo entró por la claraboya y luego abrió un agujero en el vidrio blindado que rodea el ataúd. Las dificultades para realizar tamaña tarea indican que se trata de expertos. No dejaron huellas y sólo provocaron los destrozos necesarios.El juez Fuar Suau afirmó en una conferencia de prensa que los profanadores "han trabajado en más de una oportunidad dentro de la bóveda", y señaló que las manos de Perón "pudieron ser cortadas con una sierra". "La mano izquierda del general", precisó, "fue cortada a partir de la primera línea del hueso carpo, mientras que la derecha fue seccionada al nivel de la muñeca".

Dentro del ataúd se encontró la gorra de oficial del Ejército -Perón fue enterrado con su uniforme de gala- que en principio - parecía haber sido robada junto con el sable. Detrás estaba también la deshilachada bandera argentina que envolvía el cajón.

Tras la revisión del lugar, el juez ordenó cerrar el cementerio municipal ubicado en el barrio de La Chacarita y sólo permitió que se realizaran los sepelios del día.

Los llamados grupos de tareas, bandas de civiles que actuaron en la guerra sucia durante la dictadura, aparecen como responsables profesionales de un operativo por encargo. Estos grupos, algunos de cuyos miembros notorios fueron liberados la semana pasada cuando comenzó a aplicarse la llamada ley de obediencia debida, responden a las organizaciones de la ultraderecha que impulsan una ley de amnistía y la reivindicación de la represión contra la guerrilla de izquierda.

Estos mismos sectores son los que hace 35 años profanaron el cadáver de Eva Duarte, Evita, la segunda esposa de Perón.

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