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Un muerto y cuatro heridos tras el amotinamiento de varios reclusos en la cárcel de Badajoz

El recluso Antonio Ruiz Santaella resultó muerto y tres miembros de las fuerzas de seguridad y un funcionario heridos de distinta consideración en la operación que, sobre la una de la madrugada, fuerzas de la Guardia Civil y miembros del Cuerpo Nacional de Policía realizaron para liberar a las 13 personas retenidas en la cárcel de Badajoz por cuatro reclusos amotinados desde las 14.30. Al parecer, la muerte del preso se produjo a causa de un disparo que él mismo realizó. Poco después de las doce se escucharon tres detonaciones provenientes del interior de la prisión, seguidas de otras dos y de dos fogonazos. Posteriormente abandonaban el recinto penitenciario dos coches de la policía con varias personas heridas.

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Los cuatro heridos son los guardias civiles Jesús García y Jacinto Jiménez Sánchez; Rafael Fernández Rodríguez, miembro del Cuerpo Nacional de Policía, y el funcionario Valentín García Corchero. Todos ellos fueron trasladados al centro sanitario Infanta Cristina.El motín comenzó sobre las 14.30 horas cuando cuatro reclusos del centro penitenciario de Badajoz, que portaban dos pistolas, intentaron darse a la fuga. Llegaron al patio central, donde los funcionarios advirtieron sus intenciones y, al parecer, tras un tiroteo, lograron rechazarlos. Los cuatro lograron refugiarse en el módulo 5 de la prisión, donde retuvieron a 11. También fueron retenidos un electricista y un auxiliar de clínica. Una vez allí, los presos se apoderaron de las llaves de las celdas y abrieron las puertas a unos 120 reclusos, que desde esa hora deambulan por el interior del módulo.

En este punto hay datos divergentes. El Ministerio de Justicia negó a media tarde que se tratara de un motín, mientras informaciones procedentes de los alrededores de la prisión afirman que unos veinte reclusos se habían sumado al motín. Las mismas fuentes oficiales señalaron que Víctor Curiel Pérez, parece ser el cabecilla del intento de fuga, acompañado por Antonio Ruiz Santaellla, Francisco Izquierdo y Francisco Muñoz Gómez.

A las 10.30 horas uno de los cuatro presos que intentó la fuga se asomó a una de las ventanas del edificio y exigió a las autoridades, mientras apuntaba con una pistola en la sien derecha de uno de los rehenes, que les pusieran de inmediato una furgoneta a su disposición para poder huir.

Tras el almuerzo de mediodía -informa Pedro Jara desde Badajoz-, siempre según versiones no oficiales, dos presos armados con sendas pistolas, intentaron evadirse reteniendo a dos funcionarios, un auxiliar de clínica y un electricista. En la zona de la enfermería del módulo cinco, a los amotinados se les sumaron otros 20 más, que consiguieron retener a otros 14 funcionarios. En medio de carreras, gritos y nervios, lograron hacerse con las llaves de las celdas, liberando uno a uno a todos los internos. La primera petición de los presos rebeldes fue un furgón con capacidad para 20 personas, que debería quedar situado a la entrada del centro penitenciario. La solicitud fue denegada.

El juez de vigilancia penitenciaria, Julio Cienfuegos Linares y el delegado del Gobierno en Extremadura, Juan Ramírez Piqueras, llegaron al centro pasadas las cuatro de la tarde y sus intentos de conseguir que los amotinados depusieran su actitud han resultado inútiles. En el Ministerio de Justicia informó ayer por la tarde también se han producido contactos directos entre los amotinados y las autoridades, en la puerta del módulo. Según parece, los presos con sus armas efectuaron algunos disparos contra la garita de la prisión, en cuyo interior se encontraban en esos momentos más de 700 internos.

Pasadas las siete de la tarde, los presos amotinados solicitaron la presencia de un médico ante el estado de histeria que padecían los retenidos, siempre según informaciones no oficiales. Uno de ellos, con una leve herida en el rostro fue liberado pasadas las ocho, siendo permutado por otro funcionario.

Gerardo Arteaga, director de la prisión, visiblemente nervioso, mandó desalojar a los periodistas de la sala en que se encontraban. "Para solucionar el conflicto es mejor que se vayan", dijo. "Perdonen, pero estoy muy nervioso", añadió.

A las siete de la tarde llegó un helicóptero procedente de Guadalajara y que transportaba a un grupo de las unidades especiales de la Guardia Civil.

Venticinco reclusos que cumplen penas en situación de régimen abierto intentaron reintegrase al centro, al desconocer la situación. Los internos fueron retenidos por la policía a la entrada de la prisión.

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