Thatcher bloqueó en la 'cumbre' europea el desarrollo de la CE
La Comunidad Europea (CE), justo en la noche en que entró en vigor el Acta Unica -la mayor reforma desde su creación, hace 30 años-, cosechó un doble fracaso. En Bruselas, la primera ministra británica, Margaret Thatcher, se negó a aceptar las propuestas acordadas por los otros once para una reforma a medio plazo de las finanzas comunitarias. En Luxemburgo, el acuerdo sobre liberación del transporte aéreo quedaba congelado al no conseguirse una aproximación entre Madrid y Londres sobre el conflicto del aeropuerto de Gibraltar.
No obstante la postura británica sobre la financiación, los jefes de Estado y de Gobíerno de los doce acordaron uria solución paraevítar la bancarrota de la CE en este ejercicio. También un acuerdo entre Paris y Bonn evitó una crisis mayuscula sobre las cuestiones agrícolas,EI final de la reunión se retraso hasta las 21.30 (hora peninsular), ante la negativa de Margaret, Thatcher de aceptar un aumento de los recursos financieros a medio plazo si no se controla previamente el avimento de los oastos (fundamentalmente agricolas) de la Comunidad. La actitud de Thatcher retrasó varias horas el final de la cumbre, que debía haber concluido al mediodía de ayer. La negativa británica a aumentar el presupuesto de la CE se basa en la exigencia de controlar antes los gastos agrícolas y otras partidas destinadas a acciones comunitarias en los campos de la investigación científica o los fondos socio estructurales. Thatcher se quedó aislada. No obstante, los doce acordaron una solución de compromiso para evitar la bancarrota de la CE en el ejercicio de 1987.
España y Grecia lucharon para que se doblara la dotación de estos fondos, para compensar en parte los perjuicios que causará a sus economías, más atrasadas, la creación de un mercado único en la CE para 1992. Pero Londres, París y Bonn pidieron que el control de los gastos de la CE se aplique también a estos fondos destinados a paliar las diferencias entre las zonas ricas y pobres en la Comunidad. El texto de compromiso estudiado no llegaba a abogar por una duplicación de estos fondos, pero sí era un primer paso en esa dirección.
En Luxemburgo, en la reunión de ministros de Transportes, España y el Reino Unido no llegaron anoche a un acuerdo sobre las modalidades de aplicación a Gibraltar de la liberalización aérea, y este ambicioso proyecto, que hubíese abaratado y multiplicado los vuelos intereuropeos, puede ser casi dado por abandonado de momento. Páginas 2 a 4 y 26
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