Pitos, palmas y rosa
Pitos, palmas y rosa para un final de temporada. Los primeros fueron para la dirección escénica, protestada al final, casi como una venganza, hacia los solitarios vítores que pretendieron aupar durante la función la aparición de cada uno de los cuadros. Palmas para una interpretación orquestal y vocal que ciertamente las mereció. Y una rosa solitaria, gentilmente cedida por Montserrat Caballé, para el apuntador, que tuvo una noche agitada.Giovanni Pacini, recuperado ahora en Barcelona a través del título más celebrado de su amplísima producción -90 óperas-, no pone las cosas fáciles a quien decida montar una de sus obras. Durante la primera mitad del siglo XIX, los esfuerzos por salirse de la dialéctica recitativo-aria, buscando soluciones unitarias, parecen atenazar el desarrollo dramático, concediendo derecho de supervivencia histórica únicamente a aquellas obras que se imponen por méritos musicales propios. Pues bien, la Saffo no queda en inferioridad de condiciones respecto a tantas producciones de ese período. Su escasa frecuencia de programación posiblemente se deba a que no favorece tanto el lucimiento indivídual -por más que tenga arias de bravura notables, como las dos del último acto- cuanto el colectivo, suntuosamente representado en ese dilatado concertante del segundo acto, con cabaletta incluida en el magnífico dúo que lo precede y en el brillantísimo, trío del tercer acto.
Saffo
De Giovanni Pacini. Montserrat Caballé, Antonio Ordóñez, Petra Malakova, Enric Serra, María Uriz, Alfredo Heilbron y Vicenç Esteve. Dirección escénica: Renzo Giacchieri y Stefano Piacenti. Orquesta y coro del Gran Teatro del Liceo dirigidos por Manfred Ramin. Gran Teatro del Liceo. Barcelona, 21 de junio.