Expertos de tres continentes propugnan un nuevo Plan Marshall para el desarrollo de los paises del norte de África
La constatación de que las diferencias económicas entre el norte y el sur del área mediterránea han aumentado tras el descenso del precio del petróleo, y la propuesta de un nuevo Plan Marshall de cooperación para el desarrollo de los países del norte de África, fueron las dos ideas básicas del seminario iniciado ayer en Barcelona por el Instituto Aspen de Italia. Participart en la reunión, que concluirá hoy con un Manifiesto del Mediterráneo, expertos como el ex ministro socialista italiano de Trabajo, Giarmi de Michelis; el ex ministro francés de Agricultura Edgard Pisani; el secretario general de la OPEP, Ali Attiga; el senador demócrata estadounidense Gary Hart, y el embajador volante Philip Habib.El profesor italiano Franco Reviglio, presidente del Ente Nazionale Idrocarburi (ENI), centró la cuestión al señalar que "el principal problema que se debe afrontar en la región mediterránea es la divergencia económica" entre Norte y Sur, que "ha sido agravada por el colapso del precio del petróleo en 1986".
Los efectos del colapso de precios se estiman, para los países sureflos, en 10.000 millones de dólares -un 4% del producto interior bruto (PIB)-, que ascenderían a 26.000 millones si se ampliase la nómina a los Estados del Golfo. Consecuencia de este menor ingreso ha sido la recesión comercial. Los países norteafricanos han importado, en 1986, 2.500 millones de dólares menos que el año anterior, tratándose, además, de dólares devaluados.
"Esta caída de importaciones perjudica en buena parte a las exportaciones de los países comunitarios", indicó Reviglio, puesto que éstas suponen cerca de un 45% del total.
Si los paises sureños se enfrentan a la recesión, los del Norte "no han materializado" las previsiones de rápido crecimiento que se habían dibujado poco después de la caída de los precios del crudo.
Ante este grave escenario, el único aspecto positivo tras la cumbre de Venecia es, según el profesor italiano, el proyecto de triplicar los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI) para ayadar a las naciones deudoras, aunque ello es insuficiente.
La deuda africana
El director ejecutivo del Banco Mundial, Mario Draghi, insistió en la gravedad del problema de la deuda surmediterránea: 80.000 millones, de dólares (10 billones de pesetas), inferior en cifras absolutas a los 350.000 millones latinoamericanos (44 billones de pesetas), pero superior en algunos casos si se relaciona con la capacidad productiva. Así, la relación entre deuda externa y PIB en Marruecos alcanza el 120%, más del doble del 51,3% brasileño o del 58,3%. mexicano. "No exageramos si decimos que para enfocar el problema de la deuda con alguna perspectiva de éxito se necesita un nuevo Plan Marshall", concluyó Reviglio.Para una ayuda de ese tipo, precisó Draghi, hay que inventar nuevos recursos, puesto que el Banco Mundial "está llegando rápidamente al límite en que una mayor expansión de los créditos o cambios en su composición resulta imposible". También es insuficiente el programa comunitario de ayudas al norte de África, aunque haya aumentado un 39%, hasta 1.616 millones de ECU (230.000 millones de pesetas), según puso de relieve el vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones, Lucio Izzo.
El impacto de esta situación, país por país, fue analizado por el ministro del Plan Egipcio, Abdel Aziz Zawhy; el directivo de la compañía argelina Sonatrach, Nazim. Zouioueche, y el presidente del Consejo Económico y Social tunecino, Mohamed Ennaceur.
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