Los 'verdes' entran en el Parlamento italiano

Los socialistas han obtenido un importante éxito, al igual que los verdes -que tendrán por primera vez representación parlamentaria en las elecciones legislativas celebradas ayer y anteayer con alta participación ciudadana. Los comicios signifíiaron, además, un serio revés para los comunistas -segunda fuerza del país- y una leve recuperación de los democristianos, que continúan siendo el partido de mayoría relativa.

El Partido Socialista (PSI), tercera fuerza política italiana después de la Democracia Cristiana (DC) y el Partido Comunista (PCI), ha conseguido, según las proyecciones no oficiales, el 14,5% de los votos -tres puntos por encima de las elecciones generales últimas de 1983-, el mejor resultado que registran desde hace 25 años. "Para nosotros no ha sido una sorpresa. Yo me lo esperaba. Hemos sembrado tanto que al final el electorado nos ha premiado", declaró anoche, radiante, el líder del PSI, Bettino Craxi, quien durante tres años y medio presidió la coalición de democristianos, socialistas, socialdemócratas, republicanos y liberales (pentapartido).Las proyecciones sobre la Cámara de Diputados indican que la DC, (34,1%) sube más de un punto respecto a 1983, cuan o registró su mínimo histórico perdiendo seis puntos; el PCI (26,4%) pierde tres puntos y medio; el PSI (14,5%), gana tres; la extrema derecha del Movimiento Social Italiano MSI (6,2%), pierde medio; los republicanos (3,5%.), ceden un punto y medio; los socialdemócratas (3%), bajan un punto; los liberales (2,1%), descienden más de medio punto; los radicales (2,6%), avanzan casi medio punto; la extrema izquierda, Democracia Proletaria (1,7%), suben dos décimas; y, finalmente, los verdes, que debutaban en unas elecciones generales, entran por vez primera en Italia en el Parlamento, tanto en la Cámara de Diputados, donde han obtenido el 2,7% de votos, como en el Senado, donde alcanzan el 2,1%.

La distribución de fuerzas en el Senado refleja aproximadamente: la misma tendencia, si bien el retroceso de los comunistas es menos acusado que en la Cámara.

El líder del PCI, Alessandro Natta, admitió anoche la derrota y declaró que su partido no ha sabido comprender del todo el nacimiento de un movimiento de protesta en Italia. El grave revés electoral, que remonta a los comunistas a 1963 -el PCI ha perdido desde 1976 a hoy ocho puntos- puede provocar, a medio plazo, la sustitución de Natta, un gris funcionario que no ha sabido defender con fortuna la alternativa de izquierdas por él propugnada en estas elecciones, por Achille Ochetto. Éste dijo anoche que el partido debe hacer una seria reflexión sobre los pésimos resultados.

Los analistas y los propios comunistas coinciden en opinar que la mayor parte de los votos perdidos por el PCI han ido a parar a la lista verde, sobre todo, y a Democracia Proletaria.

El cuartel democristiano respiró ayer tras conocer los resultados, que invierten la tendencia negativa que tuvo la DC en 1983, pero que están muy lejos de las marcas que el primer partido italiano ha conseguido en los años sesenta y setenta. "Son discretos", reconoció su presidente, Arnaldo Forlani, un político poco simpatizante con la línea que inspira el actual secretario general de la DC, el reformista Ciriaco de Mita, quien prefirió refugiarse en su casa de Nusco, en la provincia meridional de Avellino, por temor a una derrota que le hubiera precipitado casi con seguridad a la dimisión. Otros dirigentes del partido comentaron que las elecciones han derriostrado que una coalición en torno a la DC es la única fórmula viable para garantizar la gobernabilidad de Italia.

Sin embargo, a juicio de muchos analistas, los resultados de ayeir no aclaran demasiado el cornplejo marco político italiano. El director de La Repubblica, Eugenio Scalfari, el diario más vendido en Italia, afirma que el avance de Craxi y el de De Mita, en tono menor, dificultará la constitución de un gobierno pentapartido, al haberse debilitado además los partidos laicos minoritarios, y en especial los republicanos de Giovanni Spadolini. "Espero que salgamos pronto de esta situación confusa y complicada", dijo anoche Craxi.

De Mita y Craxi han mantenido en los últimos meses un duro pulso que precipitó la disolución anticipada de la novena legislatura italiana ante el rechazo de Craxi de entregar la jefatura del Gobierno, que él presidió durante tres años y medio, a un demo cristiano, tal y como había sido acordado en un pacto verbal al que llegaron ambos partidos en julio de 1986 (bautizado como el aceor do della staffetta), en el mar co del pentapartido.

Los círculos empresarios del país recibieron con satisfacción los resultados de ayer. El presidente de Olivetti, Carlo de Benedetti, declaró que el descenso del PCI es una "noticia excelente" que acerca a Italia más a las democracias occidentales aliadas.