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La intervención de la Rural de La Rioja se debe a problemas de gestión

La intervención de la Caja Rural de La Rioja, decidida el pasado viernes por el consejo del Banco de España, fue consecuencia del resultado de una inspección llevada a cabo por el banco emisor y que ha mostrado graves problemas de gestión, la existencia de una caja b, una serie de inversiones especulativas en bolsa y la existencia de pagarés falsos por valor de 3.000 millones de pesetas en sus cuentas de depósitos. Fuentes del Banco de Crédito Agrícola -la Caja Rural de La Rioja pertenece al grupo asociado y está sometida al plan de saneamiento iniciado hace tres años-, señalaron que todos estos problemas se produjeron en el pasado mes de octubre y que "la decisión de intervenir ahora no tiene sentido salvo que obedezca a causas muy distintas a las anunciadas formalmente".La Caja Rural de La Rioja tiene unos depósitos cercanos a los 9.000 millones de pesetas y recibió ayudas públicas por valor de 600 millones de pesetas cuando se instrumentó el plan de saneamiento de un grupo numeroso de estas entidades. Entre los problemas detectados por la inspección del Banco de España se encuentra la existencia de una contabilidad paralela y una gestión defectuosa que, entre otras cosas, provocó que se invirtiera una parte importante de los excedentes de tesorería en acciones de renta variable, especialmente en compañías eléctricas, entre ellas 100 millones en FECSA.

Cuando se empezó a tener conocimiento de esta situación, a finales del pasado año, dimitieron el presidente de la caja rural y el director general, que fueron sustituidos de forma interina durante varios meses. En la actualidad ya existe un presidente nombrado formalmente, según el BCA, y el puesto de director general también está cubierto.

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