Juan Pablo II concluye su viaje a Polonia beatificando a una víctima de los nazis en Dachau

Juan Pablo II concluye hoy su tercera peregrinación polaca con una misa solemne en la plaza de Defilad, de Varsovia, como clausura del Congreso Eucarístico Nacional, y la beatificación del obispo Michal Kozal, asesinado en el campo de concentración nazi de Dachau.

ENVIADO ESPECIAL, Ayer, tras la jornada intensa del viernes en Goartsk -donde aquellos que no escucharon durante la misa su invitación a no turbar la jornada provocaron manifestaciones callejeras a favor de Solidaridad y llevaron a cabo duros enfrentamientos con las fuerzas del orden-, el Papa tuvo dos encuentros significativos. El primero en Czeslochowa, donde se encontró con dos repre sentantes del Gobierno, al parecer para preparar un segundo encuentro hoy con el general Wojciech Jaruzelski ftiera del programa oficial.El segundo encuentro fue en la capital, donde al llegar por la noche se reunió con los representantes de la cultura y del arte.

El servicio sanitario

En Lodz, la tercera ciudad indus trial del país, el Papa habló a los capataces de la fábrica de tejidos Uniontex, un público mayorita riamente femenino. Tras habe dentinciado que en dicha ciudad muchas trabajadoras no gozan aún del servicio sanitario indus trial, hizo una apología del trabajo de la mujer como ama de casa. Dijo que no hay que olvidarse de que la mujer es el "corazón" de Ia comunidad familiar y que, por tanto, "no puede faltar en la casa, de la que constituye su corazón".Si es cierto, explicó el Papa, que la mujer es la que "vela por la familia y la protege", no cabe duda de que "sus obligaciones maternas y familiares suponen un valor superior en relación con todos los demás y con las profesiones públicas".

Por ello, añadió que, aunque es verdad que la total igualdad entre el hombre y la mujer justifica la entrada de ésta en las tareas públicas, la sociedad tiene el deber de "desarrollar sus estructuras para que las esposas y madres no se vean constreñidas a trabajar fuera de casa y para que sus tareas hogareñas aseguren a la familia su completo desarrollo". Y puso como modelo a Staniaslawa Leszczyriska, una comadrona que fue deportada al campo de concentración de Oswiecim, donde "se opuso", dijo el Papa, "a la orden criminal de matar a los recién nacidos en el campo".

El encuentro con el mundo de la cultura tuvo lugar anoche en Varsovia, también paralizada como las demás ciudades por donde ha pasado el Papa por las fuerzas del orden.

En estos días, las medidas de represión han sido tan duras que la policía ha llegado a detener en plena calle a periodistas acreditados. Entre ellos, a este corresponsal y al enviado de Efe, Miguel Angel Agea. Fueron detenidos en Gdansk por la milicia con modales groseros, teniéndoles varias horas en la comisaría tras haberles retirado el pasaporte y amenazándoles con negarles en adelante el visado para este país, por haber sacado una foto, con permiso previo de un agente, al monumento de las tres cruces a las víctimas de la revuelta de los trabajadores de los astilleros en 1970.

El pan y la cultura

A los hombres de la cultura, el papa Wojtyla les dijo que "pan y palabra, economía y cultura no se excluyen ni se combaten entre sí, sino que se completan".Pero añadió que "la economía debe estar esencialmente,subor dinada a la cultura", y que lo importante para el hombre no es tanto el hambre de pan corno "el hambre de espíritu y de trascendencia".

El papa Juan Pablo II se congratuló con la noticia que le ha llegado de que, al parecer, los hombres de la cultura y del arte en Polonia "han encontrado", dijo, "en un grado hasta ahora desconocido, su conexión con la Iglesia".

Con una punta de polémica, Juan Pablo II añadió: "Me alegro de que los intelectuales hallen en la Iglesia ese espacio de libertad que no encuentran en otras partes".

El Papa habló a los hombres de la cultura y del arte en la iglesía de la Santa Cruz, donde se hallan incorruptos los corazones del gran Chopin y de WIadislaw Reymont premio Nobel de Literatura en 1924.