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Santi Móix inaugura su sexta exposición en Tokio

Exhibe temas sobre platos españoles y japoneses

El pintor catalán Santi Moix, de 26 años, inauguró la semana pasada en Tokio su sexta exposición en Japón, con una obra de 27 cuadros de pintura figurativa en los que desarrolla una serie de lienzos sobre temas de comidas. Moix entrelaza platos típicos españoles, como la paella, hasta introducir lo que podría calificarse como un menú pictórico japonés.

El pintor catalán incluye en sus cuadros elementos típicos de la cocina japonesa, como el tofu (queso de soja), el fuki (troncos de vegetales) o las carpas japonesas, clásicas en todos los lagos de los templos de Japón, así como otras delicias de la dieta nipona, basada en particular en los manjares de pescado crudo.Santi Moix, un barcelonés que actualmente reside en Nueva York, es un amante de Japón: "Representa un país todavía desconocido para los pintores occidentales, donde todo es al revés de lo que estamos acostumbrados", afirma el artista.

En su sexta exposición en Japón, Santi Moix expone en la galería Marunouchi, en el centro de Tokio, donde lo habitual es dedicar sólo una semana de exposición a cada pintor, mientras que, en el caso de Moix, le destinan un total de tres semanas.

"Me gusta la fuerza y la originalidad de Moix porque representa una innovación tanto en sus colores como en su manera de pintar", afirmó Shibajara, director de la galería.

Santi Moix explica el contraste que existe entre trabajar en Tokio y hacerlo en Barcelona o Nueva York. "Aquí", dice Moix, "cada tema es un problema, como el conseguir, por ejemplo, dos o tres kilos de colores de pigmentos". "Los japoneses", añade, "no asimilan fácilmente que un pintor pueda ir a comprar dos o tres kilos de un mismo color. Aquí todo es pequeño y se venden los pigmentos por gramos, como si fueran polvos farmacéuticos".

Grandes dimensiones

Para cualquier pintor occidental, exponer en Japón supone romper un poco los esquemas tradicionales que hay en este país sobre los conceptos pictóricos. La reacción del japonés es siempre de curiosidad ante lo nuevo, pero sin renunciar a lo típico, en un mundo donde la pintura es supertradicionalista y conservadora."Aquí, por ejemplo, impresiona, a los críticos y marchantes, la dimensión de algunos de mis cuadros, de grandes medidas para los esquemas de Japón, al tener tamaños de hasta cuatro por dos metros, o el interés casi desmesurado que ha despertado la predominancia de los colores amarillos en esta exposición", declara el artista.

También suscita interés el que no ponga título en sus cuadros, en contraste con lo habitual en una sociedad tan organizada como la japonesa.

Moix expuso por vez primera en Japón en 1981, con éxito de crítica y ventas. Desde entonces se ha convertido casi en un habitual de las salas de arte japonesas, cada vez más interesadas en la obra de este joven pintor. Una de las grandes firmas de moda niponas, Melrose, con más de 160 -tiendas en Japón, presenta cuadros de Moix en sus posters de moda.

En contraste con sus primeras exposiciones, Moix opina: "Ahora mis cuadros son mucho más concretos, creo que con unas imágenes mucho más fuertes y enfocadas".

Nueva York

¿Por qué vive ahora en Nueva York? "Bueno", dice Moix, "porque Nueva York, guste o no, es ahora el centro de toda la información pictórica actual". "En Nueva York", añade el artista barcelonés, Ias oportunidades están en cada esquina, basta con saber verlas".La prestigiosa Pace Gallery, de Nueva York, realizó el pasado mes de abril dos tirajes de obra gráfica de Santiago Moix. El pintor prepara en la actualidad nuelías exposiciones en Nueva York, ciudad en la que habitualmente reside.

En Barcelona, la última exposición del pintor Santi Moix se celebró en el espacio Metrònom, en febrero último, en colaboración con obras de autores como Francesc Arumi y Xano Armenter.

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