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El Tribunal Supremo de EE UU prueba la denegación de la libertad bajo fianza

El Tribunal Supremo de Estados Unidos aprobó recientemente la denegación de la libertad bajo fianza para los acusados peligrosos. Esta importante decisión ha dado un nuevo giro al primer axioma de la justicia norteamericana, el de que el acusado se supone inocente hasta que se demuestre su culpabilidad. La decisión del alto tribunal de apoyar la controvertida ley de Reforma de la Fianza de 1984, mediante la cual el Congreso autorizaba la "detención preventiva de algunos sospechosos de perpetrar delitos federales", fue tomada por una votación de seis a tres. Los grupos de derechos civiles han criticado duramente la decisión.

Durante muchos años, los jueces federales (que tienen jurisdicción en todos los Estados Unidos) tuvieron prohibido denegar la libertad bajo fianza en la mayoría de los casos, excepto cuando había razón para creer que un acusado podía huir antes del juicio. La nueva ley ha permitido a esos jueces denegar la libertad bajo fianza a miles de sospechosos, la mayoría de los cuales estaban acusados de delitos violentos y relacionados con las drogas, que pudiera demostrarse que suponían un peligro para la "seguridad de otra persona y de la comunidad". Esto supone que el acusado, si no culpable, por lo menos tiene muchas pruebas en su contra.La decisión del Tribunal tuvo una calurosa acogida por parte de los responsables del orden público, que han utilizado la nueva ley con rigor, sobre todo contra acusados de disturbios y tráfico de drogas, quienes a menudo disponían del dinero de la fianza.

Los defensores de las libertades civiles, sin embargo, advirtieron que el respaldo del Supremo al principio de detención preventiva cambiaría el modelo de la justicia norteamericana. De hecho, ya hacía tiempo que los jueces practicaban un tipo de detención preventiva de facto en casos de acusados potencialmente peligrosos, impon¡endo una fianza tan alta que era imposible depositarla. Pero la ley ha legitimado lo que hasta entonces era un uso no reconocido de muchos procedimientos de fianza. El abogado neoyorkino Alan Silber recordó a Alicia en el país de las maravillas: "Parafraseando a la Reina de Corazones, primero la sentencia, luego el juicio".

El proceso contra Salerno

La ley vino al caso durante el procedimiento contra Anthony (Fat Tony) Salerrio, cabeza de la familia criminal Genovesse, y Vicent Cafaro, un conocido jefe del mismo clan mafioso, que fueron acusados el pasado año de crimen organizado. Un juzgado de apelación federal de la ciudad de Nueva York sentenció que riegarles la libertad bajo fianza violaría las garantías constitucionales de un juicio justo.Al revocar esa decisión, el Tribunal Supremo falló que la detención previa al juicio no era una condena.

Los jueces del Supremo consideraron también que la ley contenía garantías suficientes de los derechos de los acusados. Una decisión de detención se toma después de una audiencia en la cual el fiscal ha de demostrar que ninguna condición de libertad asegurará razonablemente la seguridad de la comunidad. El acusado y su abogado pueden estar presentes para rechazar las pruebas, interrogar y presentar testigos.

Esas garantías, no obstante, fueron insuficientes para satisfacer a los jueces disidentes Thurgood Marshal, William Brennan y John Paul Stevens. Marshal hizo la acusación de que las leyes que imponían la detención preventiva eran "consistentes con los usos de la tiranía y los excesos de lo que la amarga experiencia nos enseñó a llamar Estado poficial". Denominó a la distinción semántica de la mayoría entre regulación y castigo un "ejercicio de ofuscación".

Los abogados que ya tienen que hacer frente a la nueva ley se quejan sobre la preparación de la defensa de unos clientes detenidos en cárceles lejanas, en las que las conversaciones telefónicas privadas eran punto menos que imposibles y donde los breves encuentros personales suelen tener lugar en presencia de guardias. Es más, la detención puede estigmatizar al acusado en el Juicio. "Es bastante dificil conseguir un juicio justo después de haber sido declarado oficialmente peligroso", dice el abogado de los derechos civiles de Nueva York Riichard Emery. A algunos también les preocupa que los fiscales puedan recomendar la detención previa para sospechosos menos peligrosos, rateros o, quizá, acusados de delitos burocráticos. "Lo que me procupa es el enorme alcance de la ley", dice Phillip Johnson, profesor de Derecho de la universidad de Califomia en Berkeley. La detención preventiva puede convertirse en una rutina".

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