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Escasas expectativas de que la visita de Nakasone facilite una reducción del déficit comercial

La visita a España que el primer ministro japonés, Yasuhiro Nakasone, inicia hoy ha sido califícada de "bajo perfil y de escasas expectativas" en medios oficiales, añadiendo que la misma permitirá obtener información de primera mano sobre el contenido de la cumbre de Venecia, pero difícilmente servirá para corregir el crónico desequilibrio comercial español con Japón, que el pasado año superó los 180.000 millones de pesetas.

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Fuentes oficiales españolas admiten la dificultad de mejorar a corto o medio plazo el creciente desequilibrio comercial con el coloso nipón, mientras los japoneses justifican su creciente superávit con España con la compensación que suponen sus inversiones y la transferencia de tecnología para las empresas españolas.España fue el año pasado el segundo receptor de las inversiones japonesas en Europa, con una cifra de 20.083 millones de pesetas de inversión neta, que representa el 3,2% del total de las inversiones extranjeras.

Las exportaciones japonesas a España aumentaron un 70% el pasado año, llegando a los 1.730 millones de dólares (225.000 millones de pesetas), frente a unas importaciones de 304 millones de dólares (40.000 millones de pesetas), lo que representa una tasa de cobertura de la balanza comercial española de apenas el 17,5%. El importante aumento de las ventas japonesas se relaciona con la reducción arancelaria decidida tras el ingreso de España en la Comunidad Europea (CE).

Los japoneses se lamentan de la "escasa agresividad" de los empresarios españoles, como una de las causas del desequilibrio comercial, y citan algunos sectores que podrían mejorar sensiblemente sus ventas a Japón. Por ejemplo, los vinos y espumosos, algunos productos de pesca -atún y camalar- y los muebles, si estos se adaptan en tamaño a las reducidas proporciones de las viviendas japonesas.

Pero los empresarios españoles son más escépticos y ven muchos más problemas que la mera falta de agresividad comercial citada. Y a la lejanía y encarecimiento de aquel mercado, citan las sutiles y eficaces trabas burocráticas japonesas, a la hora de exigir especificaciones técnicas para los productos extranjeros, además del limitado potencial de los productos españoles.

Nakasone, que visita España tras su asistencia a la cumbre de Venecia, devuelve con esta breve estancia en Madrid, la visita que hizo a Japón, en septiembre de 1985, el presidente del Gobierno español, Felipe González, quien viajó acompañado de los ministros de Exteriores y Economía.

El apretado programa oficial de Nakasone incluye hoy dos entrevistas con el presidente del Gobierno, un almuerzo privado con los reyes Juan Carlos y Sofía, un visita a la Cámara de Comercio de Madrid, donde se dirigirá a un grupo de empresarios españoles y una cena oficial que le ofrece Felipe González en el palacio de la Moncloa.

Nakasone, informan medios japoneses, tenía un extraordinario interés por visitar España. Y además de las ocho horas de programa oficial, dedicará el viernes y parte del sábado a hacer turismo por Toledo, Segovia y el museo del Prado. El primer ministro japonés llega a Madrid este mediodia acompañado únicamente de un reducido grupo de diputados y de altos funcionarios. Sus ministro de Economía regresó ayer a Tokio al terminar la cumbre de Venecia y el de Exteriores visitará Marruecos al tiempo que el primer ministro permanece en España. Aunque la corta visita del primer ministro japonés no va a suponer un inmediato reequilibrio de la balanza comercial, medios oficiales españoles valoran positivamente el viaje de Nakasone y recuerdan el importante potencial que supone el mercado japonés, de 130 millones de consumisores con una renta per cápita de 17.000 dólares.

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