Profesores y alumnos

Un total de 23 formaciones han participado en la semana del Taller de Músicos en el café Vaivén. Cerca de una veintena de formaciones de jazz y algunas incursiones en otros mundos musicales: el reggae de Dada (Desacato), el rock de Anónimo K. y la canción de Edith Salazar. Sobre el escenario, profesores y alumnos demostraron que empieza a haber jazz y empieza a haber escuela.

A lo largo de la semana se sucedieron en el escenario formaciones ya establecidas con bandas que actuaban por primera vez en público. Para tranquilidad de la escuela, puede señalarse que pudo verse quiénes eran los alumnos. Algunas de las bandas debutantes no dieron un sonido pleno, ya ensamblado, y en ocasiones apuntaron una cierta tendencia a escapar a la rigidez del metrónomo. Pero, muchas veces, lo que no suena en banda suena como individualidades.

A veces hay dedos que pulsan teclas inexistentes, rítmicas que se pierden en los cuatros, solos que recuerdan la abrumada concesión de un examinando. Pero también hay muchas ganas de hacer música, una formación en marcha y un nivel instrumental que tal vez no se dé en otras expresiones musicales. Algunos de ellos son jóvenes recién entrados en el jazz que provienen de otros campos, del conservatorio al rock.- Están empezando con el lenguaje jazzístico que, a tenor de lo visto, es en el Taller aprendizaje del lenguaje bop. Así, el monkiano Straight no chaser parece ser el caballo de batalla de algunos de estos grupos. Han hecho su debú y demostrado que pueden enfrentarse a un público.

Cierta estabilidad

Entre las bandas que ya cuentan con una cierta estabilidad también puede apreciarse un proceso de mejora constante. Desde las voces de Ester Godínez y Sonia Vallet al quintento de la flautista Marta Terry, con el valioso Joaquín Chacón en la guitarra.Celesta es la formación fija del pianista Pedro Ojesto, en quien muchos estimamos un compositor valioso. En su actuación en el Vaivén, Celesta mostró una rotundidad que antes tal vez se les escapara. El guitarrista Sean Levit brilló en cuarteto junto a dos de los músicos todo terreno de esta semana, el pianista Joshua Edelman y el baterista Guillermo McGill.

Alejandro Pérez apareció con su grupo Naima renovado en formación y repertorio. Pérez toca el saxo alto en el elegante camino de la tradición blanca de este instrumento, y al mismo tiempo es un tenor contundente y duro. Con el tenor dirigió su última formación en terreno funky.

En el mismo territorio cerró las jornadas Dave Thomas con su grupo: el histórico y muy atinadamente heavy José Luis Silvestre en la guitarra, el intensamente polivalente Pelayo Arrizabalaga en los saxos y el cuerdamente. explosivo José Vázquez Roper en la batería.