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Tribuna
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El Sur

Ana María Dalí, de espaldas, en un cuadro de la serie Ana María -¿utilizaba el pintor a su hermana como modelo porque estaba enamorado de ella o porque no podía pagar otra?-, donde se ha sustituido un Mediterráneo de plomo por un vago Villaverde Alto. Supongo que a quien corresponda le ha correspondido pagar sus derechos y que este anuncio oficial no es un dolo. "Mirando al Sur", dice el texto. Parece como que la política oficial quiere recuperar/ salvar el sur, resolviendo así, siquiera a nivel municipal, el diálogo Norte/Sur que hoy funciona/no funciona en el mundo. Pensando en Madrid y en las cosas bien hechas, los psoes principian por un cuadro de Dalí con el hogar del pensionista de Alcorcón, el centro de salud de la Cabrera y la plaza de Leganés. Unas cosas están al Sur, efectivamente, y otras al Norte, pero todo se ve desde la ventana mágica de Dalí, incluso la contribución urbana cobrada indebidamente, que se nos devuelve. Parece que las empresas madrileñas colaboran con el Ayuntamiento. Pensando en Madrid, ahí están el centro cultural Bohemios, el auditorio Pinar del Rey, los triángulos insósceles y los techos como velámenes de un Madrid reciente. Todos los partidos políticos en campaña prometieron identidad autonómica, pero sólo las obras expresan esa identidad. Ana Tutor anuncia la creación de un gabinete de derechos ciudadanos. Enrique de Aguinaga, gran cronista de la Villa, considera urgente una ley de capitalidad para Madrid.Uno no sabe, no dice nada, uno no entiende de política, pero uno se asoma a la ventana sur de su casa y ve un Madrid nuevo, un Madrid a flote, como un trirreme, por el cielo de junio. La ventana daliniana al Sur permite ver Madrid en redondo, desde los violinistas del Metro a los AstolfilLaína de la Hípica. Uno es que lo ve todo. Desde los Grecos del Hispamer a esa "abstracción con gafas y bigote" que es Leguina para cierta señorita, la Vilallonga. Madrid está recrecido, anchuroso, mejorado en lo posible, y a uno le interesa la vida del pato del Manzanares (que habla como Tierno, y no como Donald) y ese grillo cantarino condenado a pagar 1.000 pesetas por turbar el orden. Mirando al sur se: ven muchas cosas, pero al Sur de la Historia, mejor que al Sur de la geografía.

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