Sin perdón
Mijail Gorbachov, el hombre de la sonrisa amable y dientes de hierro, como en una ocasión le describió el veterano Gromiko, ha reaccionado con rapidez y energía ante la avioneta ligera que un imprudente joven alemán se ha atrevido a colocar ante las puertas del Kremlin.Ha sido sorpresiva la rapidez con la que el ministro de Defensa, Serguei Sokolov, ha perdido su cargo. Parece que Gorbachov ha aprovechado el incidente para introducir su perestroika entre el generalato, apertura que encontraba desde hace tiempo resistencia en las Fuerzas Armadas, alentada por los altos mandos. La medida en que Gorbachov haya incurrido en un grave riesgo al tomar esta decisión sin precedentes es algo que no puede ser eváluado todavía desde el exterior.
, 2 de junio
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