El plan oficial para Cabañeros incluye convertirlo en campo de tiro de los ejércitos occidentales

El plan inicial concebido por el Ejército del Aire y el Ministerio de Defensa para la finca de Cabañeros, en la provincia de Ciudad Real, incluye la conversión de esa zona en el polígono de tiro más importante y de mayor extensión para las fuerzas aéreas occidentales, según aseguran mandos militares que han participado directamente en el proyecto. Con el plan, España incrementaría notablemente su aportación militar a la OTAN y, de otro lado, obtendría elevados beneficios económicos, especialmente en favor de la industria de armamento, que en la actualidad atraviesa una importante crisis.

Mandos del Ejército del Aire insisten en estas fechas en que el proyecto de Cabañeros no sólo es importante para la defensa nacional, "sino también para la defensa occidental". Destacan que, en la actualidad, los pilotos militares ingleses realizan sus principales ejercicios en EE UU, y los germano occidentales, en Canadá.

La finca, de 24.144,2 hectáreas de extensión, ya fue elegida por el Ejército del Aire, en 1983, para instalar un campo de tiro de 16.579,5 hectáreas. Con esta gran extensión, y debido a la escasa utilización del espacio aéreo correspondiente, Cabañeros se ha convertido, según las fuentes informantes, en el único polígono de tiro adecuado para el entrenamiento de los ejércitos del aire europeos y de las fuerzas aéreas estadounidense y canadiense desplegadas en Europa.

En el otoño de 1983, y después de varias entrevistas con dos miembros de la familia Aznar, propietaria de la finca, el Estado Mayor del Ejército del Aire y el Ministerio de Defensa decidieron sufragar parte de los más de 800 millones de pesetas en que fue valorada la zona. Según fuentes militares, el Ejército del Aire autorizó la entrega de unos 100 millones de pesetas procedentes de sus propios presupuestos; pero otras fuentes aseguran que, además de esa cantidad, el Ministerio de Defensa aportó también varias decenas de millones, hasta alcanzar, aproximadamente, la cifra de 400.

Los dos miembros de la familia Aznar que participaron en las conversaciones con el Estado Mayor del Ejército del Aire fueron Eduardo Aznar y la madre de éste, llamada Dolores. Ambos mantuvieron diversas entrevistas con el entonces jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, teniente general Emilio García Conde, aunque la materialización de la entrega monetaria se realizó, aseguran las fuentes, siendo jefe del Ejército del Aire el teniente general José Santos Peralba. Estos dos jefes militares llegaron a visitar Cabañeros.

Consultadas sobre estas cuestiones, las fuentes oficiales del Ejército del Aire y del Ministerio de Defensa insisten en recordar que el titular de Defensa, Narcís Serra, advirtió hace meses que toda información sobre Cabañeros es maten a clasificada y, por tanto, no puede facilitarse dato alguno al respecto. Fue el 30 de mayo de 1985 cuando el Gobierno, según esas fuentes, decidió declarar secreto ese programa. Serra ha afirmado repetidamente, de otro lado, que aún no ha sido adoptada de forma definitiva la decisión de instalar el campo de tiro en Cabañeros.

Por su parte, miembros de la familia Aznar aseguran que, desde 1982, no han tenido contactos oficiales para hablar de la venta, y recuerdan que no sólo es secreta la operación, sino que han sido advertidos de que pueden incurrir en responsabilidades penales sí no respetan esa condición.

Propuesta de Serra

Sin embargo, en otros medios del ministerio se afirma que, aunque no sea de manera oficial, "es prácticamente inamovible" la elección de ese lugar para el campo de tiro. Aducen, al respecto, que, aunque en un principio hubo otras tres o cuatro opciones, se desecharon de inmediato sin llegar a estudiarlas en profundidad. Además de las ventajas operativas de Cabañeros, destacan el hecho de que toda la extensión requerida por el Ejército del Aire está en manos de un único propietario.

Además, recuerdan que el propio Narcís Serra, actual presidente del Grupo Europeo ,Independiente de Programas (GEIP) -integrado por los países europeos de la OTAN propuso oficialmente en ese foro, hace dos meses, la posibilidad de que fuerzas aéreas de la Alianza se ejerciten en una zona adecuada en España. Ahora no existe ningún polígono de tiro que reúna condiciones para ello, debido a que tanto el polígono de las Bardenas (de 2.297 hectáreas) como el de Caudé (893 hectáreas) no alcanzan la extensión mínima de seguridad estipulada por las fuerzas aéreas estadounidenses y asumida por otros países, como España. Esa extensión mínima de seguridad es de unas 16.000 hectáreas (18 kilómetros de largo por nueve de ancho).

A cambio de esa utilización conjunta, Serra propone que los países participantes adquieran aviones españoles de entrenamiento o bien que en España se fabrique un futuro avión de entrenamiento con participación de las naciones implicadas.

Asimismo, el ministro español desea que, si el programa se realiza, los países que formen parte del mismo efectúen en territorio español los trabajos de mantenimiento de los aviones que empleen. Además, esos países pagarían cuotas por la utilización del suelo y espacio aéreos nacionales.

De acuerdo con las fuentes consultadas, son ya varios los países miembros de la OTAN que han valorado positivamente la propuesta de Serra, que será analizada en próximas reuniones del GE1P. Se da la circunstancia de que, a finales del presente mes, los ministros del GEIP tienen previsto reunirse en España y, concretamente, en Sevilla.