El capote de Ruiz Miguel.
Ruiz Miguel recibió ayer a su primer toro con un toreo de capa de altos vuelos. En cada lance ganó terreno, templando la verónica, hasta rematar los lances en el mismísimo platillo, que es el centro geométrico del redondel. Y el remate aún superó la tanda. Lo hizo en cuatro tiempos: dos, ciñendo la media verónica que reproduce el grabado; otro, recortando la embestida rodilla en tierra; finalmente, con una finísima revolera.
Babelia
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