Alfonsín explicó a los mandos militares argentinos sus razones para mantener la ley de 'obediencia debida'
El presidente argentino, Raúl Alfonsín, se reunió con los altos mandos del Ejército de Tierra para explicarles por qué impidió que los legisladores de su partido modificaran el proyecto de ley que reglamenta la llamada obediencia debida en las fuerzas armadas. En una cena que compartió con ellos hasta la madrugada del viernes, Alfonsín les aseguró además que la situación de los oficiales superiores al grado de teniente coronel, que ahora son generales en activo, "será considerada por la justicia".
Las consecuencias de la cena con el presidente se advirtieron el viernes por la tarde, cuando el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, general José Caridi, clausuró las deliberaciones de los mandos reunidos durante dos días en Buenos Aires. "A partir de ahora", dijo en tono enérgico el general Caridi, "recibirán y transmitirán órdenes claras, precisas y concretas, y es vuestro deber cumplirlas y acatarlas".El proyecto de ley que exime de culpa a los mandos que durante la llamada guerra sucia contra la subversión ocupaban jerarquías inferiores al grado de coronel ya fue aprobado por los diputados y será debatido el miércoles en el Senado.
Un joven diputado radical, Federico Storani -hijo del ministro Conrado Storani-, se entrevistó con Raúl Alfonsín para pedirle que modificara el proyecto y aceptara la solicitud de la oposición para que el proyecto lo estudiase una comisión bicameral. Hay diputados y senadores del partido en el Gobierno que reconocen los "graves errores" de un proyecto de ley que castiga con mayor severidad el robo que la tortura y el crimen. El presidente de la nación recurrió a las "razones de Estado" para insistir en que el proyecto debía votarse tal como fue enviado por el poder ejecutivo al Congreso.
Los senadores radicales, en minoría dentro de la Cámara Alta, deben hacer ahora malabarismos para conseguir los votos necesarios entre los que quieren ampliar el texto para que se convierta en una amnistía total y los que cuestionan el proyecto porque "tratan de torturar a la justicia", según la definición del senador peronista Eduardo Menem.
Como parte de una estrategia deliberada para comprometer a los militares en la defensa del sistema democrático, Raúl Alfonsín ha ordenado también una modificación sustancial en el tradicional juramento de las fuerzas armadas ante cada aniversario histórico del país. Los oficiales y soldados de cualquier grado deberán ahora ju rar públicamente que "defenderán la Constitución nacional -además de la bandera- hasta perder la vida". La nueva fórmula se pondrá en práctica mañana, cuando se celebre el 25 de mayo, fecha en que el país recuerda el comienzo de la revolución de 18 10 con que se inició el proceso de independencia ante la corona española. Después de oír al unánime coro, cuando grite: "¡Sí, juro!", Raúl Alfonsín partirá hacia Uruguay para iniciar una visita oficial de tres días.
Entre tanto, otras dos bombas estallaron el viernes. No se produjeron víctimas, pero los atentados destrozaron una sede de un comité del radicalismo y una cámara subterránea de la Compañía Nacional de Electricidad. Unas horas antes, en la ceremonia de recambio del abanderado de la Escuela de Mecánica de la Armada -donde funcionó el mayor chupaderocontrolado por la Marina-, su actual director, capitán de navío Héctor Robacio, recordó la "exitosa participación de la fuerza en la derrota de la subversión".
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