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EL DIÁLOGO ESTE-OESTE

La Unión Soviética revisa su doctrina de la seguridad

Andrés Ortega

"Las armas nucleares son algo positivo. Sirven de factor de disuasión respecto a la guerra". Escuchar con claridad una afirmación similar de boca de un soviético, en este caso Lev Semeiko, del Instituto de Estudios de EE UU y Canadá de la Academia de Ciencias de la URSS, resulta algo inusual. En el encuentro informativo organizado en Moscú por el Comité Soviético de la Paz, Vadim Zagladin, jefe adjunto del Departamento Internacional del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), afirmó que anteriormente la doctrina estratégica soviética contemplaba la idea de la posibilidad de ganar una guerra nuclear, pero que ahora rechaza esta posibididad.

Este rechazo se debe a varias razones, pero muy principalmente a los efectos de contaminación generalizada o invierno nuclear que traería una tal contienda. Y los soviéticos afirman que la guerra limitada no puede existir como tal. Pero Zagladin afirmó "Desde luego no podemos desarmarnos unilateralmente porque eso significaría poner en duda la existencia de nuestro pueblo".La URSS comenzó a elaborar, ya en tiempos de Yuri Andropov, un nuevo marco para su doctrina de seguridad, aún falto de precisiones, que ahora pro pugna como el sistema universal de seguridad, basado en algunos principios básicos: las potencias nucleares deben renunciar a la guerra nuclear entre sí y con países terceros; hay que llegar a la desnuclearización del mundo; no llevar la carrera armamentista al espacio; suprimir las armas químicas y otros medios de destruccion en masa; reducir los potenciales militares hasta una suficiencia razonable en vez de una suficiencia estratégica (término acuñado por EE UU); liquidar los bloques militares y llegar a una reducción de los presupuestos militares.

"La seguridad para uno debe significar la seguridad para todos. No puede haber dos seguridades", señaló el teniente general Yuri Lebedev, del Estado Mayor soviético.

La suficiencia razonable es más un concepto cuantitativo que cualitativo y no coincide directa mente con las ideas de una defensa defensiva o una seguridad compartida, propugnadas por una parte de la izquierda europea. El criterio de la suficiencia razonable "es que la potencia militar no provoque miedo o inse guridad en otros países", explican los soviéticos, y añaden que "la dotación numérica de la suficiencia razonable no es fija; depende de la posición del otro lado", para concluir que hay que mantener la "disuasión mínima", sin armas nucleares.

"El pensamiento militar soviético era diferente del de EE UU" señalaron expertos soviéticos que participaron en estos debates. "El pensamiento militar soviético no supo adaptarse a las armas nucleares; los militares no comprendieron que no podían aplicarse las mismas premisas que antes", añadieron. La victoria en una guerra nuclear significaría "destruir las fuerzas estratégicas del enemigo y asegurar la imposibilidad de su respuesta, y no existen esos medios", concluyeron.

"El arma nuclear es un factor de contención", dijo Zagladin, aunque criticó la acumulación de armamentos y el creciente riesgo que implica el que "las decisiones vengan de las máquinas y no de los hombres" y abogó por una desnuclearización total.

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La paridad

"Queremos el principio de la paridad", y "una cobertura adecuada de nuestros intereses", añadió Valentin Falin, presidente de la agencia Novosti. Y se quejó de los "intentos de extenuar a la URSS mediante la carrera armamentista"-

Zagladin consideró que no sólo la guerra nuclear es imposible, sino también la convencional, dada la capacidad de destrucción de los nuevos sistemas de armas. Bastaría atacar con cargas convencionales las centrales nucleares en Europa para producir efectos desastrosos de contaminación radiactiva en todo el mundo. El efecto Chernobil está presente. Zagladin concluyó que "no se pueden llevar las discrepancias idelológicas a la esfera de las relaciones entre los estados y a la guerra".

'Perestroiska' , 'glasnost' y defensa

Vadim Zagladin consideró que la perestroika (renovación) tiene una estrecha relación con la nueva política exterior soviética. Y añadió que las "decisiones radicales en política exterior han sido tomadas en paralelo con las decisiones sobre política interna", cuando surgió "la valentía". Pero, por su parte, Lev Semeiko, del Instituto de EE UU" y Canadá, afirmó que "la nueva doctrina militar soviética y la perestroika no son lo mismo". La política de glasnost ha hecho que al menos se puedan escuchar contrádicciones en público.En la sesión plenaria de los debates organizados por el Comité Soviético de la Paz se levantó una feminista estadounidense para protestar por la ausencia de mujeres en la mesa de los oradores. Éstos, entre ellos el general Lebedev, sonrieron ampliamente y hablaron de "embellecer" la mesa con mujeres. Cuando otra norteamericana se levantó y preguntó si en la URSS los jóvenes, por motivos de conciencia, tienen la posibilidad de librarse del servicio militar, la sonrisa del general y de los otros-oradores desapareció. Y Zagladin contestó tajantemente: "No. Todo el que q,ue no tenga defectos flisicos tiene que cumplirlo".La glasnost permitió escuchar a la vez, frases de personalidades soviéticas como que "la OTAN y el Pacto de Varsovia están en una situación de paridad" y que "hoy la URSS tiene más fuerzas que la OTAN, pero porque EE UU no quiere negociar".

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