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El tribunal de Pau condena a 20 años de cárcel a los autores materiales del asesinato de Xabier Galdeano

V. RUIZ DE AZÚA ENVIADO ESPECIALLos tres miembros de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) han sido condenados por el Tribunal de Pau a 20 años de cárcel por el asesinato del delegado del diario Egin en el País Vasco francés, Xabier Galdeano, el 30 de marzo de 1985. Asimismo, el tribunal ha decidido separar la acusación de complicidad de éstos con Guy Cantavenera, presunto inductor material de los hechos, para realizar diligencias ampliatorias e intentar establecer la posible corresponsabilidad en la organización del asesinato de Eduardo Mari-Chica, alias Doudou. Cantavenera ha sido devuelto a la prisión.

Xabier Galdeano fue asesinado a la siete de la tarde del 30 de marzo de 1985, cuando regresaba de cubrir una información para Egin tras un atentado terrorista. Jacky Pinard y Alain Parmentier le acribillaron a balazos, mientras Bernard Foucher les esperaba al volante de un coche para facilitar la huída.El fiscal de la Audiencia de Pau, Gabriel Bestard, que había pedido cadena perpetua, para los acusados, aseguró que los GAL son una organización que pretende alcanzar sus objetivos aterrorizando a la población, y pidió al tribunal que no se deje confundir por su denominación antiterrorista. "No hay organizaciones terroristas buenas y malas", afirmó.

Bestard increpó con dureza a los cuatro ocupantes del banquillo, de los que dijo, basándose en hechos comprobados durante la vista oral, que son gente dispuesta a llenar el frigorífico de licores para celebrar la llegada del dinero con que iban a ser retribuidos tras el asesinato del periodista Xabier Galdeano. "Gente aparentemente normal", dijo el fiscal, "pero no por eso menos peligrosa. Son los señores Martínez del asesinato".

El fiscal insistió especialmente en intentar probar la culpabilidad de Guy Cantavenera, el hombre acusado de encargar el atentado contra Galdeano, siguiendo órdenes recibidas desde España, y de recoger en Málaga el dinero para retribuir a los ejecutores.

Según el fiscal, Cantavenera viajó el 5 de abril a Málaga y permaneció allí hasta el día 13, en contacto con Eduardo Mari-Chica, alias Doudou, un piednoir nacionalizado español, y el cuñado de éste, Carlos Gastón. La policía francesa considera a ambos reclutadores de mercenarios al servicio de los GAL.

El fiscal intentó demostrar que la versión de uno de los asesinos de Xabier Galdeano, Alain Parmentier, según el cual fue reclutado directamente por Doudou, no es más que una maniobra para ocultar la responsabilidad de Cantavenera.

Bestard argumentó que ambos son eslabones de una misma cadena, aunque, sorprendentemente, según se han encargado de destacar los abogados defensores, en la instrucción del sumario no consta el menor intento de conseguir que Mari-Chica fuera extradido a Francia para comparecer ante la justicia. Doudou sólo fue objeto de una comisión rogatoria a los jueces españoles para que le interrogaran sobre sus relaciones con Cantavenera.

Dos millones por el asesinato

La principal arma con la que contaba la acusación para conseguir la condena de Guy Cantavenera es el testimonio de Michèlle Bekefi y Luis Murcia, un matrimonio amigo de Parmentier que acusó desde el primer momento a Cantavenera de haber organizado el asesinato y haber ofrecido 100.000 francos (más de dos millones de pesetas) a Parmentier y sus dos compañeros.

Bekefi y Murcia intentaron en su declaración ante el tribunal modificar todos sus tesfimonios anteriores, pero después de arduos interrogatorios confesaron tener miedo y haber sido objeto de amenazas y de chantaje mediante anónimos. Los dos testificaron finalmente en contra de Cantavenera y abandonaron el Palacio de Justicia de Pau con protección policial.

En la sesión celebrada ayer abrieron el turno de presentación de conclusiones las dos letradas que ejercen la acusación particular en nombre de la viuda y las dos hijas de Galdeano. Christianne Fandó pidió la condena de los cuatro acusados porque han matado a un hombre, dijo, "y para que no pueda repetirse lo mismo".

La abogada admitió que los GAL no han vuelto a dar señales de vida desde el 26 de febrero del año pasado, cuando asesinó por error a dos ciudadanos franceses, pero preguntó a la sala si alguien puede asegurar que sus inductores no volverán a ponerlo nunca más en marcha.

La abogada mostró ante el tribunal especial, integrado por siete magistrados, su convencimiento de que existen implicaciones de la policía española, y citó como ejemplo a la Brigada Antiterrorista de Bilbao, aunque admitió que por el momento no existen pruebas suficientes para iniciar un procedimiento judicial.

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