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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Zona reservada

Resulta difícil escribir serenamente desde la indignación y la impotencia.El jueves 14 de mayo, a las cinco de la tarde aproximadamente, hizo explosión un artefacto militar no activado en unas maniobras de tiro, Y mató, mejor, descuartizó, a una madre joven y a tres de sus hijos. Todo ello, así de simple, ha ocurrido aquí, en las proximidades de Barbate pueblo costero y marinero de la provincia de Cádiz, donde el Ejército tiene una parte importante de su término municipal reservada para sus entrenamientos y maniobras.

Otras veces, sólo ha sido el sentirse aterrorizado por los vuelos de los aviones de guerra, que se te echan encima con sus pasadas sumiéndóte en un estado de terror, como recordándote que no eres nadie, que por encima de todo,están los ejércitos y que lo de la paz es un cuento. Todo ello suele ocurrir mientras intentas educar a los niños en la amistad y la no violencia, para la vida y no para la guerra. Hoy ha sido má grave. No ha sido un aviso, ha sido un hecho. "Terreno acotado, peligro de muerte". ¿Sabrían leerlo la joven madre y los niños que buscaban chatarra para sobrevivir?

No; no existe peligro de que se conmuevan las estructuras de los Estados. Ni siquiera de que se ponga en entredicho la inutilidad de las armas. Después de todo, sólo eran unos pobres. chatarreros.

Mientras, los enseñantes seguiremos encontrándonos de vez en cuando papeles oficiales que nos recuerdan que debemos celebrar el día de la Paz, la Constitución o del Medio, Ambiente.

Nosotros, los enseñantes, seguiremos sufriendo, las censuras subterráneas que nos impiden decirles a nuestros alumnos que todo lo que nos cuentan sobre la defensa es una quimera; que la paz se construye sin armas; que la calidad de vida está en contradicción con los gastos militares; que nuestros, enemigos no están fuera de nuestras fronteras; que nuestro paro y nuestra miseria no se combate con bombas; que sólo nos queda la suerte, en medio de esta locura, de librarnos de una muerte horrible, mientras buscamos chatarra para sobrevivir al borde de un camino.-

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pez. Profesor de EGB.

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