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Situación crítica de los tripulantes de los ocho pesqueros canarios apresados en Mauritania

Tras su detención el pasado día 11 por la Marina de guerra mauritana, 120 tripulantes de ocho pesqueros artesanales canarios, con base en Arrecife (Lanzarote) y Las Palmas (Gran Canaria), viven una situación angustiosa en el puerto de Nuadibu, de este país africano al faltarles medios económicos y alimentos para resistir el arresto.

El Ministerio de Pesca de Mauritania les impuso una multa de 128 millones de pesetas (16 millones a cada barco). Las autoridades mauritanas rebajar ayer las multas en un 40%, según informaron los propios patrones de los pesqueros al programa Onda Pesquera de la Cadena Ser. Los patrones añadieron, sin embargo, que a pesar de la reducción siguen sin poder hacer frente al pago de las sanciones dada la grave situación económica que están atravesando.Las embarcaciones -Río Janubio, Virgen del Pino, Josefa Santos, Puerto Naos, Monte Lentiscal, Juana Rosa, Nuevo Santa Teresa y Chico Grande- venían faenando con normalidad (se dedican a la pesca de la corvina) dentro e las 12 millas de las aguas jurisdiccionales de aquel país, gracias a acuerdos privados de los empresarios canarios con fletadores mauritanos, al no existir un convenio pesquero entre España y dicha República islámica.

Coincidiendo con este conflicto, la Comunidad Europea, a la que compete regular las relaciones pesqueras de sus integrantes con terceros, negoció un Tratado con Mauritania. De este modo se posibilita a los barcos artesanales canarios el acceso a un caladero alternativo al saharaui, afectado por una situación bélica que ha perturbado las actividades extractivas a pocas millas del archipiélago. El posible incumplimiento de una de las condiciones pactadas entre los armadores canarios y los empresarios mauritanos a la hora de crear empresar mixtas (el hecho de no descarga las capturas en el puerto de Nuadibu) ha podido ser la causa de este apresamiento. Las autoridades de pesca del país africano han aludido a "infracciones de aduanas" y a que varios de los barcos tienen caducada la licencia de pesca.

"Normalmente dejamos el pescado en el puerto mauritano, y respecto a las licencias, o se había producido ninguna ilegalidad, ya que sólo faltaba la firma del ministro, que se encontraba en Bruselas, precisamente discutiendo el convenio con la CE", declaró a este periódico desde Nuadibu Francisco Velasco, el tripulante del Monte Lentiscal.

Presiones de los armadores

Armadores y pescadores habían estado presionando estos días, conjuntamente con la representación diplomática española, para que se rebajase la sanción, ya que la precaria situació económica de los propietarios de los barcos hace inviable afrontar la cuantía de la misma y se verían obligados a entregar las embarcaciones a cambio. Los pesqueros involucrados en este incidente con las autoridades mauritanas representan casi el 50% de la flota artesanal canaria.Aunque la gendarmería de Nuadibu ha dado toda clase de facilidades autorizando el alojamiento de los patrones en un hotel de la capital mauritana y al resto de la tripulación a permanecer en los barcos retenidos, cinco pescadores resultaron agredidos anteayer por un grupo de personas que intentaron asaltar las embarcaciones para desvalijarlas. La dotación de los artesanales ha realizado desde Mauritania un llamamiento desesperado a las autoridades canarias y a toda la población de las islas ante el difícil trance por el que atraviesa. Algunos pescadores han vendido sus pertenencias personales para poder adquirir comida, mientras sus familias, de condición humilde, viven horas de apuro económico y angustiosa espera.

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