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Crítica:CANCIÓN
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El "guaperales"

Massiel, melena al viento, salió la noche del miércoles al escenario como una leona, mitad rockera, mitad melódica. Se cambió cuatro veces de vestimenta, jugando con el cuero, con el lamé, con las lentejuelas, con los abanicos y con el color negro. Pero la velada iba de rosa total.Massiel cumplió con creces ante un público devoto de Perales. Puso todo el coraje y toda la garra habituales en ella, se colocó la fusta del abanico entre las glándulas mamarias e incluso lloró en dos ocasiones. Pero los asistentes a la velada, con un porcentaje femenino abrumador, más que a ver llorar, lo que querían era llorar ellos. Y la verdad es que lloraron.

En cuanto apareció José Luis Perales, el Palacio de los Deportes se convirtió en un valle de lágrimas tiernas de mujer. Perales está licenciado en lágrimas. Su sombra es húmeda. Ancianas, maduritas , núbiles, adolescentes, viudas, casadas, solteras, divorciadas y niñas lloraron.

Massiel y José Luis Perales

Directores musicales: Armando Pelayo (Massiel) y Fernando Garrido (J. L. Perales). Palacio de los Deportes. Madrid, 13 de mayo.

El cantante de Cuenca es un ladrón que les ha robado el sentido por el sencillo método de amancebar a los perales con el almíbar. ¿Qué les da Perales a las mujeres para que ellas le correspondan con tamaña devoción? Seguramente lo principal que les da es la razón. Por eso José Luis Perales no tiene demasiado predicamento entre los hombres: a ningún caballero le hace gracia que se ande investigando a qué dedica el tiempo libre.

Interpretó 22 temas, todos los cuales fueron coreados ciegamente, apasionadamente, perdidamente, por las presentes. Se encendieron cerillas, hubo embe lesos, suspiros, lamentos, melancolía, fascinación. Él las hipnotizó, y mientras las más jóvenes bramaban como posesas de amor, a las señoras se les agitaban los pechos.

El novio de una muchacha definió así el embrujo del cantante: "Las vuelve locas, pero no por guaperas sino por guaperales".

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