Muerto un policía nacional en el atraco a un club
Antonio Sánchez Tornel, de 38 , casado y con dos hijos, policía nacional adscrito a la comisaría de Móstoles, resultó muerto en la madrugada del miércoles al intentar detener a tres atracadores que minutos antes se habían apoderado de 40.000 pesetas en el club Los Ángeles de Charly, situado en la localidad de Fuenlabrada. El dueño del local asegura que el agente "se veía con una de las chicas del club".
El policía, que se encontraba de paisano, había acompañado al encargado del establecimiento, conocido como Flores, a una sucursal bancaria de Fuenlabrada con el objeto de recoger fondos del cajero automático para pagar a las "chicas del club". Al volver en el coche propiedad del encargado, un Simca 1.200 rojo, se cruzaron con tres individuos que se dirigían andando en dirección al club, situado en la carretera de Fuenlabrada a Moraleja de Enmedio.Los tres atracadores, que iban enmascarados y armados con una pistola, un revólver y una navaja, irrumpieron en el local alrededor de la 1.30. Salvador Moreno, dueño del Iocal, aseguró que se encontraba jugando, una partída de mus en un salón contiguo cuando escucharon un disparo. "Inmediatamente apagamos las luces y fuimos a llamar a la Guardia Civil", aseguró el dueño. "En ese momento, uno de los atracadores nos sorprendió y nos ordenó que dejáramos el teléfono".
Los tres atracadores se dirigieron al coche del encargado, a quien previamentele habían quitado las llaves. Mientras intentaban poner el coche en marcha, el policía, nacional Antonio Sánchez, junto con el encargado, bajaron las escaleras intentando detener su fuga. En esos momentos, los atracadores bajaron la ventanilla del coche y realizaron un disparo, que atravesó el cráneo del policía, causándole la muerte instantánea.
Según declaraciones de Salvador Moreno, el policía nacional visitaba asiduamente las dependencias del club, en donde se veía con una de las "chicas" llamada Merche.
El policía nacional fallecido llevaba 13 años en el cuerpo y en los últimos tres meses desarrollaba su labor en la comisaría de Móstoles, tras haber sido trasladado desde Bilbao, donde permaneció siete años.
Un portavoz policial explicó ayer que, aunque un agente se encuentre fuera de servicio, está obligado a intervenir siempre que se produzca un hecho delictivo.
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