Comunicaciones para ricos
Más de un millón de pesetas cuesta instalar el teléfono en cerca de 200 núcleos de Segovia
Los vecinos de unos 200 núcleos segovianos con menos de 300 habitantes, que constituyen una población aproximada de 15.000, se sienten discriminados con relación a los ciudadanos de las áreas urbanas debido a las altas tarifas de cuota de extrarradio que tienen que abonar a la compañía Telefónica Nacional de España (CTNE) para disponer de un teléfono privado en su domicilio. Los precios oscilan entre las 133.000 pesetas y un millón, aunque en Aldehorno, con 120 vecinos, un teléfono privado cuesta 1.600.000 pesetas.
La media a pagar por instalación de cada teléfono por domicilio en los núcleos de menos de 300 habitantes —que en su mayoría cuentan con teléfono público de servicio (TPS)— varía entre las 300.000 y las 500.000 pesetas en una época de grandes avances tecnológicos en este campo.
Femando Gruber, alcalde independiente en las listas del PSOE de la localidad de Brieva, miembro de una comisión especial que se ha creado entre vecinos y autoridades locales de pueblos de menos de 300 habitantes sin teléfono, señala que tal y como viene haciéndose la extensión de las líneas telefónicas, no sólo resulta discriminatorio, sino que hay indicios racionales de despilfarro.
Afirma Gruber que los tendidos de líneas entre pueblos podrían ser aprovechados con poco gasto adicional para dar servicio a estos núcleos. "Pedimos", añade, "cuotas justas, no arbitrarias y favorecedoras del medio rural, que es quien más necesita el teléfono por vivir en zonas deprimidas y apartadas de las áreas urbanas".
La CTNE tiene establecida la cuota de enganche en 30.820 pesetas por cada 500 metros o fracción desde donde se vaya a instalar el teléfono hasta el punto de conexión que señale la propia compañía.
Familias con teléfono
La comisión vecinal ha remitido 280 encuestas a otros tantos núcleos segovianos de menos de 300 habitantes. De las respuestas recibidas hasta ahora se desprende que sólo 43 familias disponen de teléfono privado, previo el pago de la cuota de extrarradio.
De las 120 respuestas enviadas por los vecinos de estos núcleos, se comprueba que en nueve de ellos no hay ni teléfono público de servicio, por lo que se encuentran totalmente incomunicados. Inicialmente, 101 pueblos solicitarían la actuación de la CTNE, tanto en la instalación de los primeros teléfonos privados como ampliación de los existentes, llegándose a una cifra de 1.658 hipotéticas solicitudes de teléfonos privados (unos 22,4 aparatos por pueblo).
Si la CTNE instalara los 1.658 teléfonos, siempre según las conclusiones establecidas por la comisión a la vista del resultado de las encuestas, percibiría, en conceptos de derecho de enganche 766 millones de pesetas. Aplicando la tarifa en el medio urbano para 1.658 nuevos teléfonos, Telefónica sólo recaudaría unos 20 millones de pesetas.
El teléfono público de servicio (TPS) no es la solución definitiva para la comunicación telefónica en los pequeños pueblos. También tiene sus problemas. Desde avisos que no llegan a sus receptores por olvidos hasta la pérdida de intimidad.
En Brieva, que cuenta actualmente con 57 habitantes, atienden el TPS Poli Martín, de 74 años, y su marido, Máximo Martín, de 78 años, que consideran una carga estar todo el día pendiente de las llamadas y dar los correspondientes avisos a los vecinos. Salvo que existan urgencias, se atienden llamadas desde las nueve de la mañana hasta las diez de la noche. Los encargados del TPS —dado que el contrato con Telefónica debe ser suscrito con el correspondiente Ayuntamiento— no tienen Seguridad Social y reciben del municipio 15 pesetas cada vez que tienen que avisar a un vecino. En ocasiones, los vecinos tienen que hacer cola para llamar.
