El rey Hassan de Marruecos y el presidente Benyedid, de Argelia, acuerdan continuar sus conversaciones
El rey de Marruecos, Hassan II, y el presidente argelino, Chadli Benyedid, han convenido "continuar contactos y conversaciones entre ambos países de cara a encontrar solución a los problemas existentes", según un comunicado oficial difundido anoche por la televisión marroquí. Ambos jefes de Estado se encontraron ayer, por segunda vez en cuatro años, para discutir el conflicto del Sáhara Occidental, esta vez en presencia del rey Fahd, de Arabia Saudí, que intervino como mediador. La cumbre tripartita duró cinco horas y se celebró en la frontera entre Argelia y Marruecos, en las proximidades de Akid Lufti primera ciudad argelina.
Benyedid y Fhad, que procedía de Orán (noroeste argelino), recibieron a Hassan Il en la frontera y posteriormente se reunieron en una jaima habilitada como escenario de las conversaciones. Banderas de los tres países daban un carácter ceremonioso a este escenario fuertemente protegido por la policía. Acompañaban a Benyedid, en el momento del saludo a Hassan II, el número dos del Frente de Liberación Nacional (FLN, partido único), Mohamed Cherif Messadia, y el ,ministro de Asuntos Exteriores, Ahmed Taleb Ibrahimi. La cumbre se inició sobre la una de la tarde (tres de la tarde, hora peninsular española).La televisión marroquí informó también que tanto Hassan II como Benyedid, en un comunicado conjunto suscrito al efecto, han expresado su profunda gratitud a Fahd por los esfuerzos desplegados en la celebración de este encuentro. Precisamente, terminada la cumbre, Hassan y Fahd, en coche descubierto y rodeado de una escolta de motoristas, entraron en territorio marroquí y recorrieron las principales. calles de Uxda, ante el clamor de la población.
Por parte marroquí, estuvieron presentes junto al soberano alauí el principo heredero, Sidi Mohamed; su hermano, Mulay Rachid; y los ministros de Asuntos Exteriores y del Interior, Abdelatif Filali, y Dris Basri, respectivamente. Mientras los jefes de Estado discutían, Basri y una delegación de altos jefes de segurídad argelina sustuvieron un encuentro paralelo. Hacia la medianoche, ni Argel ni Rabat habían informado de los aspectos concretos de las discusiones, si bien la agencia argelina APS, en un comunicado emitido al término de la cumbre adelantó que esencialmente el diálogo estuvo centrado en las diferencias entre Marruecos y la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
'Cumbres' coincidentes
Benyedid y Hassan II no se veían desde el 26 de febrero de 1983, precisamente también en Akid Lutfi. Aquel encuentro fue preparado igualmente por Falid, quien, al contraño que en esta ocasión, no estuvo presente en la reunión. Esa cumbre y la de ayer coinciden prácticamente en casi todo: mediación saudí; audiencia preliminar del presidente argelino al consejero real marroquí, Ahmed Bensuda, y previas escaladas bélicas del Frente Polisario contra Marruecos. Las dos cumbres se han celebrado casi recién terminadas otras tantas importantes reuniones palestinas en Argel, en el mismo lugar, y con el único tema de la cuestión del Sáhara.
Cuando Hassan II llegó a Akid Lutfi en 1983, el cuarto muro defensivo marroquí (que le garantizaba el control de la mitad norte del territorio sahariano) acababa de ser terminado. En esta ocasión, acaba de concluir la construcción del sexto muro, que trata de impedir totalmente el acceso del Frente Polisario al Atlántico y de permitir la llegada de las tropas marroquíes a las fronteras pobladas de Mauritania, lo que ha creado fuertes tensiones regionales. La primera cumbre concluyó sin resultados políticos sobre al Sáhara, salvo acuerdos técnicos.
Argelia sostiene militarmente al Frente Polisario y persigue la creación de un Estado independiente entre Marruecos y Mauritania, la República Árabe Saharaui Democrática, que ocuparía el territorio del antiguo Sáhara español. Marruecos, sin embargo, considera suyo ese territorio; ha emprendido en él un ambicioso plan de desarrollo, lo ha poblado con inmigrantes procedentes de otras regiones y lo defiende militarmente con más de 100.000 hombres alo largo de las fronteras y con todo un sofisticado material bélico.
