La Filmoteca Española exhibe 80 películas de John Ford

Con la proyección de El nacimiento de una nación (1915), de D. W. Griffith, filme en el que John Ford aparece como figurante, la Filmoteca Española inició en Madrid el pasado viernes un ciclo sobre este director norteamericano de origen irlandés. El ciclo mostrará, durante mayo, junio y julio, unas 80 películas de John Ford, "prácticamente todo lo que sobrevive de su obra", según Miguel Marías, director de la Filmoteca. El ciclo está previsto que se programe en Barcelona, en la Filmoteca de la Generalitat. Se trata de uno de los más completos que se han realizado nunca sobre el cineasta, e incluye al menos 12 filmes inéditos en España.

En 1923 John Ford dirigió con este nombre, con el que pasaría a la historia del cine, el filme Cameo Kirby (Sota, caballo y rey). Es una de las alrededor de 80 películas que se programan en el ciclo. Pero hasta esa fecha, y desde 1913, Ford, con el nombre de Jack Ford, había intervenido, con diferentes cometidos, en más de 50 películas.Muchas de ellas, de la etapa muda, han desaparecido o quedan sólo fragmentos, y Miguel Marías señala que se ha intentado traer todas aquellas localizadas, la inmensa mayoría en versión original. Durante el mes de mayo se proyectan 24 películas que llegan hasta 1933, algunas ya de la época del sonoro, y en los meses posteriores, todas aquellas que han convertido a John Ford en un cineasta legendario.

Ford nació en 1895 en Cape Elizabeth (Maine), un pueblo de la costa este de Estados Unidos. Su nombre original era Sean Aloysius O'Feeney. Hijo número 13 de una familia de origen irlandés, fue empleado de una fábrica de zapatos hasta que su hermano Francis le escribió desde Hollywood diciéndole que tenía un trabajo para él.

Allí desempeñó toda clase de labores subsidiarias, hasta que en 1917 debutó como director con Cactus. Napoleon's Barber, de 1928, es el primer filme sonoro de Ford. En 1935 consiguió el Óscar al mejor director por The informer, y repitió dicho premio en 1940 por Las uvas de la ira; en 1941, por ¡Qué verde era mi valle!, y en 1952, por El hombre tranquilo. La penúltima logró también el premio a la mejor película, y el documental de guerra La batalla de Midway, el correspondiente a su especialidad. Ford murió en California en 1973.

Para Miguel Marías, el poder contemplar en conjunto la obra de Ford puede servir para, "quitarle de encima la etiqueta de director de westerns, comprobar que su obra abarca todos los géneros y que en todos sus períodos artísticosfue muy bueno".