Aval militar
El día 22 de abril acudí al Servicio Histórico Militar, en Madrid, para recabar una serie de datos que me son imprescindibles para culminar un trabajo de investigación que realizo actualmente.En la biblioteca de dicho SHM, un oficial, muy amablemente, me indicó que se necesita la tarjeta de lector para utilizar los fondos de la misma. Hasta ahí, todo normal. Pero cuál no sería mi sorpresa al leer, en un papel escrito a mano y pegado a la pared, que los requisitos para obtener dicha tarjeta son: 1º Aval de un jefe u oficial del Ejército con mando o destino en Madrid. 2º Dos fotografías. 3º Un sello de huérfanos del Ejército, de cinco pesetas. Como quiera que no tengo amistad con ningún oficial o jefe del Ejército con destino en Madrid, nunca podría conseguir dicha tarjeta de lector. Pero, aunque pudiera, por supuesto que tampoco pediría nunca un aval de ese tipo. No sé en función de qué un jefe militar tiene facultades para avalarme (permitirme -o denegarme) el acceso a una parte importante de la historia de mí país-
Madrid.
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